César Alierta ha dicho adiós al máximo órgano de gobierno de Telefónica 20 años después de acceder al mismo. El empresario anunció ayer su «renuncia voluntaria» a su puesto en el consejo de administración de la operadora poco más de un año después de ceder la presidencia, que ocupó durante casi 16 años, a su consejero delegado, José María Álvarez-Pallete.

La decisión se esperaba desde hace tiempo en ámbitos empresariales, en los que se apuntaba que la permanencia de Alierta suponía un cierto lastre para su sucesor. El directivo, eso sí, mantendrá la presidencia ejecutiva de la Fundación Telefónica, la institución que canaliza las actividades sociales y culturales de la empresa y que tiene presencia en 17 países.

Tras pasar por entidades bancarias y bursátiles, el Gobierno de José María Aznar colocó a Alierta (Zaragoza, 1945) al frente de la entonces pública Tabacalera en el 1996, cargo desde el que lideró su privatización. El Ejecutivo del PP le colocó en el 1997 en el consejo de Telefónica, que acababa de ser privatizada, puesto desde el que saltó a la presidencia en el 2000 tras la controvertida gestión de Juan Villalonga.

Durante su presidencia, Telefónica extendió su presencia a más de 20 países e incrementó su número de clientes desde los 68 millones a los más de 322 millones. Además, los ingresos procedentes del exterior han pasado del 50% al 74%. En el lado negativo, un juicio consideró probado en el 2009 que se lucró con el uso de información privilegiada durante su etapa en Tabacalera, aunque quedó absuelto por estar el delito prescrito. Más recientemente, el exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, le acusó de haber maniobrado para impedirle ser presidente del Gobierno.

Del consejo de la operadora también salen de forma «voluntaria» el presidente de Inditex, Pablo Isla, y el expresidente de Cortefiel Gonzalo Hinojosa, dos de los consejeros de la época de Alierta. La empresa les ha agradecido a los tres los «muchos años de trabajo y colaboración».

Como sustitutos, han sido nombrados consejeros independientes Carmen García de Andrés, directora general de la Fundación Tomillo, y Francisco José Riberas Mera, presidente de Gestamp. El órgano de gobierno pasa de 18 a 17 miembros, con un 53% de independientes y un 18% de mujeres.