Una plaga de ceguera "blanca" (los afectados solo pueden ver una mancha lechosa) afecta de forma repentina a una ciudad. Inexplicable, incurable y muy contagiosa, el Gobierno intenta ponerle coto poniendo a los enfermos en cuarentena. Pero a medida que la catástrofe avanza y el Estado se ve desbordado, la situación se le escapa de las manos. Es el argumento de Ensayo sobre la ceguera, una de las obras mayores de José Saramago. "Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven", explicó el escritor.

Venía ayer a la cabeza esta frase ante la caída del servicio de datos de Bloomberg, herramienta fundamental para analistas e inversores de todo el mundo. Aunque el problema fue resuelto en unas horas, dejó una sensación rara en el mercado que provocó mucha volatilidad.

Esta ceguera fue momentánea, pero hay otra más de fondo: la que impide ver qué futuro le espera a las negociaciones entre Grecia y sus socios europeos. La falta de claridad en este frente es la clave que explica las caídas bursátiles de esta semana tras una racha alcista.

Ante este escenario, el selectivo Ibex 35 retrocedió el 1,42%, hasta alcanzar los 11.359,4 puntos, con lo que cerró la semana con un descenso del 3,31% (la mayor desde enero) y la prima de riesgo por encima de los 130 puntos básicos. Los expertos preven baches en una primera fase, pero que las alzas prosigan a medio plazo.