El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Julio Segura, lo tiene claro: "La crisis ha puesto de manifiesto la insuficiencia de los mecanismos de coordinación internacional, algo que se demuestra viendo las estrategias estadounidense y británica, que son totalmente distintas". Por ello, y con el objetivo de obtener respuestas más eficaces ante futuras "situaciones críticas", Segura abogó ayer por impulsar la cooperación entre las distintas entidades supervisoras, que, en su opinión, deben alcanzar un mayor nivel de autoridad.

En este sentido, destacó que actualmente en Europa se dan ciertas limitaciones para ampliar el poder de organismos como la CNMV o el comité europeo de reguladores de valores (CESR), ya que de momento solo pueden dictar recomendaciones y no normas de obligado cumplimiento. "Estas sugerencias casi siempre son seguidas por los países, pero con desfases temporales y con intensidades relativas que a veces originan una regulación arbitraria", puntualizó Segura. Con todo, aseguró que todavía queda "un camino bastante largo" para conseguir un supervisor europeo único. "La crisis lo ha acortado porque se ha constatado que la cooperación internacional entre las entidades supervisoras es fundamental, pero aún falta mucho", apuntó.

El presidente de la CNMV realizó estas declaraciones en el transcurso de su conferencia Enseñanzas para los supervisores de la crisis financiera actual, que sirvió para inaugurar el VIII Congreso Nacional de Economía, organizado por el Colegio de Economistas de Aragón junto con el Consejo General de Colegios de Economistas de España.

INTENSIFICAR EL CONTROL

A lo largo de su ponencia, Segura destacó la necesidad de intensificar el control sobre las entidades que ofrecen servicios y productos de inversión, al tiempo que reconoció que en la crisis se han producido fallos de mercado, de diseño de la política macroeconómica y de regulación: "Precisamente, han sido los errores regulatorios los que han permitido el desarrollo de activos de baja calidad".

Segura volvió a insistir en la importancia del sistema de supervisión al defender el actual modelo español, que consta de dos reguladores principales --el Banco de España y la CNMV--, frente al modelo de supervisión único que rige en otros países (en el Reino Unido, por ejemplo, la Autoridad de Servicios Financieros actúa como único regulador). No en vano, Segura indicó que la separación de funciones entre un supervisor de conductas (CNMV) y otro de solvencia (Banco de España) es "muy positiva" para gestionar situaciones de crisis, ya que garantiza una mayor transparencia.

En este sentido, volvió a defender la fortaleza del sistema financiero español y subrayó que la "famosa" circular contable ha servido para que ninguna entidad tuviera problemas de "insuficiencia de capital". "Una de las primeras enseñanzas de la crisis es que la política regulatoria debe ser anticíclica porque de lo que se trata es de que se construyan colchones de seguridad". A este respecto, señaló que los desencadenantes de la crisis eran conocidos desde tiempo atrás. "La sorpresa, pues, no fueron tanto las causas como la rapidez con que se propagó la crisis y se secaron los mercados interbancarios", concluyó.