Crear una marca propia y de calidad para poner en valor la cereza aragonesa. Ese es el objetivo del proyecto de cooperación de las comarcas aragonesas de Calatayud y del Aranda al que ya se han adherido 53 productores y distribuidores de la zona que cosechan el 40% de la producción de cereza de ambas zonas.

El proyecto, cofinanciado con alrededor de 42.000 euros por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (80%) y el Gobierno de Aragón (20%), se puso en marcha el año pasado y prevé estar listo en el 2019.

En la iniciativa, liderada por la Asociación de Desarrollo Integral de la Comarca de Calatayud y del Aranda (Adri), participan las cooperativas Niño Jesús de Aniñón y Sierra Vicor del Frasno, el sindicato agrario UAGA y el Centro de Innovación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA). El fin es potenciar la cereza mediante el análisis de la estructura varietal, su evaluación y la elaboración de una carta de calidad.

El gerente de la cooperativa de Aniñón, Jesús Abad, explicó ayer que la iniciativa ayudará «a frenar la despoblación y crear empleo». Además, destacó el valor de la cereza de la zona, que «es difícil de producir y fácil de exportar».

El investigador del CITA, Javier Rodrigo, especificó que ya se han analizado las propiedades de cinco variedades (azúcar, dureza, acidez, peso, calibre, color e índice de maduración) y se han sometido a controles a través de más de un centenar de muestras. Por delante queda el trabajo de completar las muestras y decidir los requisitos que se deberán incluir en la carta de calidad.

Según los últimos datos oficiales, de las 94.000 toneladas de cereza producidas en España en cerca de 25.000 hectáreas, 38.000 son producidas en las 7.900 hectáreas de Aragón. De estas, 3.300 están censadas en 20 términos municipales de las citadas comarcas aragonesas, que suponen el 15% de la producción nacional de cereza.