Los comercios españoles deberán ofrecer a sus clientes la posibilidad de pagar en otros sistemas que no sea en dinero efectivo si la compra supera los 30 euros. Esta es una de las medidas que se incluyen en el anteproyecto de ley de servicios de pago que aprobó ayer el Consejo de Ministros y que traspone la directiva europea 2015/2366. Según este anteproyecto, el instrumento de pago alternativo al dinero en efectivo deberá anunciarse en algún lugar visible del local, establecimiento o instalaciones del empresario o profesional.

El proyecto incluye también la reducción de 150 a 50 euros las pérdidas máximas que un cliente deberá asumir en el caso de que se produzca una operación de pago no autorizada como consecuencia del «uso fraudulento, extravío o robo de la tarjeta u otro instruimento de pago», según recalcó ayer el Ministerio de Economía.