El complejo comercial Torrevillage, que se situará en la actual ubicación de la fábrica Pikolin, abrirá sus puertas a finales de 2017 y creará 1.800 empleos, un espacio en el que las tiendas de descuentos 'outlet' serán el principal reclamo frente al resto de centros comerciales de la ciudad.

Este zona comercial, que cuenta con una inversión de 60 millones de euros realizada por el grupo inmobiliario vinculado a la familia Solans, propietarios de Pikolin, y que prevé recuperar en tres años, ha sido presentada hoy a los medios de comunicación por Álvaro Palacio, responsable del proyecto, y por el arquitecto Alejandro San Felipe.

Palacio ha explicado que en 2015, a un año y medio del inicio de las obras, que comenzarán a principios de 2017, el proyecto es "una realidad", ya que cuenta con el compromiso de un "alto" número de firmas que se instalarán en Torrevillage, aunque no ha querido desvelar el porcentaje de marcas ya formalizadas, ni el nombre de ninguna de ellas.

Dividido en varias áreas -parque de medianas, restauración y tiendas de moda-, esta zona comercial al aire libre, que tendrá forma de calle, "complementa" a las ya existentes, ha aclarado Palacio, quien ha apuntado que no cree que vaya a perjudicar al resto de centros, ante el declive de algunos de ellos y el exceso de superficie comercial en la ciudad.

"No viene a competir con la oferta existente", porque, a su juicio, no tiene "nada que ver" ni con el pequeño comercio, ni con los grandes operadores, al ofrecer servicios y experiencias diferentes.

De hecho, ha precisado que la "vocación" de este complejo comercial es atraer a aquellos consumidores que viajan a Madrid o Barcelona a espacios de estas características o aquellos que buscan descuentos de marcas reconocidas por internet.

Además, ha añadido, es un complejo que pretende atender la demanda de todo el Valle del Ebro y de otras comunidades, como País Vasco y Navarra, ya que, según sus cálculos, hay 1,8 millones de clientes potenciales a 90 minutos y más de 3,5 a unas tres horas de viaje.

En total, ocupará una superficie de 63.000 metros cuadrados en el kilómetro 6,5 de la carretera de Logroño, de los que 22.500 metros cuadrados se destinarán a tiendas 'outlet' de moda con descuento de hasta un 30 % y un 70 %; 5.500 metros cuadrados a restauración y 35.000 metros cuadrados a una zona comercial anexa, donde se ubicará Bauhaus.

Este espacio, que tendrá también 2.500 plazas de aparcamiento gratuitas, contará con la presencia de la torre de Pikolin, como seña característica de un complejo que incorporará a su diseño la arquitectura industrial de los años setenta.

En cuanto a los accesos al centro comercial, ha indicado que prevé que una línea de autobuses urbanos llegue hasta este espacio, aunque ha reconocido que, por ahora, no han hablado sobre ello con el Ayuntamiento de Zaragoza.

"Si la ponen estaríamos encantados", ha señalado Palacio, quien ha precisado que han hecho un "esfuerzo minucioso" para mejorar los accesos y no "morir de éxito", como ha ocurrido en otros centros comerciales en los días de mayor afluencia.

Por otro lado, ha asegurado que éste es un proyecto "ilusionante" para la ciudad, porque se hace con capital aragonés; creará 1.800 empleos, de los cuales 1.000 serán directos, y reforzará el posicionamiento de la capital aragonesa como "ciudad de compras".

Por último, ha negado que la presentación se haya llevado a cabo en esta fecha, a cuatro días de los comicios autonómicos y municipales, por motivos electorales, ya que se trata de una iniciativa totalmente privada ajena a estas cuestiones.