El conflicto laboral en la factoría de Android va camino de desembocar en movilizaciones y paros si la reunión prevista para mañana entre la dirección y los sindicatos no lo remedia. El nuevo convenio colectivo es el gran escollo que parece insalvable, ya que la compañía quiere aplicar una rebaja de los salarios de entre el 10 y el 15% (alrededor de 150 euros al mes) para los casi 500 trabajadores que fabrican puertas, salpicaderos y suspensiones para la planta de Opel España. Para ello, Android plantea una inaplicación del convenio actual y cierra la puerta a la negociación del nuevo pacto laboral, según reclaman los sindicatos.

El encuentro que mantuvieron ayer ambas partes apenas sirvió para acercar posturas y todo queda a expensas de lo que se decida mañana. El resultado de la reunión se llevará al pleno del comité, que decidirá si se convocan movilizaciones y jornadas de paro. Las posibilidades de un entendimiento son «escasas», habida cuenta de las posturas que han planteado la dirección y el comité, según fuentes sindicales.

La dirección de Android argumenta la rebaja de los salarios en las exigencias de Opel para competir por los nuevos contratos. De hecho, este es el primer convenio que se negocia después de que se acordase en la factoría de Figueruelas de reducir los costes laborales tras la integración de la marca en el grupo PSA.

En la reunión del 26 de marzo, Android presentó al comité la documentación para llevar a cabo una inaplicación del anterior convenio colectivo, cuya vigencia expiró al cierre del 2017 pero sigue activo mientras no se acuerde uno nuevo. Antes de abordar este proceso extraordinario, la empresa hizo una propuesta que contemplaba tres días más de trabajo, una reducción de cinco minutos en las pausas, una bajada salarial y la implantación de nuevo salario de entrada para los nuevos empleados.

Este conflicto se puede repetir en el resto de las empresas auxiliares del automóvil, debido al efecto cascada de la rebaja de costes por la integración en PSA.