Cuando una empresa tiene problemas, financieros o de producto, se suele mirar hacia la cúpula. Eso es especialmente visible en las multinacionales, donde los máximos responsables deben rendir cuentas al consejo de administración, y todavía más en el sector de moda, el tecnológico. Pero ¿es el consejero delegado el verdadero responsable de todos los males de la empresa? ¿Los cambios son siempre beneficiosos?

Uber es el último ejemplo. El gigante del transporte sin un solo conductor en plantilla vive días de cambios con la salida de la cúpula del fundador y consejero delegado, Travis Kalanick. Tras polémicas como las denuncias de varias empleadas por prácticas sexistas y acoso que acabaron con el despido de una veintena de empleados, unos números que no acaban de cuadrar y problemas legales en muchos países, Kalanick renunció al cargo. Su sustituto será Dara Khosrowshahi, hasta ahora máximo ejecutivo de la agencia on line de viajes Expedia.

CRECIMIENTO

La firma está creciendo y vio aumentar en un 17% los ingresos netos durante el segundo trimestre, mientras que sus pérdidas se contrajeron el 9%, hasta los 540 millones de euros. Pero los inversores quieren rentabilizar sus inyecciones de capital y Uber podría afrontar una posible salida a bolsa. Khosrowshahi cuenta con una reputada experiencia, pues ha hecho crecer a Expedia y ha pilotado con éxito la agencia on line, que facturó 8.500 millones en el 2016. ¿Pero es la solución para una compañía tan diferente como Uber?

«A veces, que el sector del que venga esté tan alejado del nuevo no tiene nada que ver. Lo importante es que sea un buen gestor, una persona que haya demostrado su valía y que tenga una larga experiencia. Eso significa que habrá sabido afrontar muchas situaciones diferentes y que, por lo por tanto, podrá tratar de aportar ideas nuevas en la empresa», explica Ceferí Soler, profesor de Esade.

ATRIBUTOS

Definir a un buen consejero delegado al rescate no es fácil. «Tiene que ser capaz de comprender qué está pasando en la empresa, escuchar mucho a todo el mundo -no solo a unos pocos- y hallar la manera de enderezar el rumbo. Necesita empatía, algo de carisma, visión integral del negocio y rapidez de acción», enumera Franc Ponti, profesor de EADA. El tiempo dirá si Khosrowshahi es o no un acierto para Uber.

Hay otras grandes empresas tecnológicas que han optado por cambiar de jefe para tratar de retomar el rumbo. Ejemplo de ello es Microsoft, que en el 2014 nombró a Satya Nadella como consejero delegado en substitución de Steve Ballmer. La compañía vivía una reestructuración importante y eligió a un hombre de la casa para sustituir al carismático y polémico Ballmer. Su apuesta fue clara: el cloud. Desde que asumió el cargo, las acciones de la empresa se han apreciado casi el 95%.

Twitter tampoco pasaba por uno de sus mejores momentos cuando en octubre del 2015 decidió dar una vuelta de tuerca a la cúpula y reincorporar como consejero delegado a Jack Dorsey, cofundador de la empresa y que ya fue consejero delegado de la misma entre el 2006 y el 2010. De momento, no ha conseguido levantar la compañía: desde que el anterior responsable dimitió, las acciones han caído el 55%.

FRACASO

Caso aún más reciente es el de Yahoo. La histórica empresa de internet, que vivió su momento álgido a finales de los 90, entró en decadencia con la pujanza de Google. Tras varios cambios de consejero delegado, Marissa Mayer (extrabajadora de Google) aterrizó en la firma en el 2012, en sus horas más bajas, con planes para reflotarla. Durante su mandato la acción se recuperó en un 189%, pero la división de internet ha acabado siendo vendida este año a Verizon por 4.250 millones, y Mayer, saliendo por la puerta. Ese precio es un 5% de la capitalización que llegó a tener Yahoo en la década de los 90.

Caso bien diferente es el de Apple. Tuvo que cambiar de consejero delegado en el 2011, pero en este caso no porque le fuese mal, sino por fuerza mayor: el fallecimiento del emblemático Steve Jobs. La apuesta por un directivo de la casa como Tim Cook como sustituto le ha ido bastante bien: se ha revalorizado el 223%.