La consolidación -entendida como compras y fusiones- que ha afectado en Europa a sectores como el de la banca ha llegado también a las aerolíneas. La caída de importantes compañías como Air Berlin y Monarch son la primera muestra de algo que tarde o temprano tenía que pasar: en un mercado con bajos márgenes, gran competencia y donde cualquier contratiempo afecta a toda la operativa, las empresas con menos recursos se ven obligadas a cerrar y sus activos son comprados por otras empresas.

No es una consolidación al uso (fusiones entre iguales o compra de empresas), sino que en la mayoría de los casos se trata de situaciones forzadas por crisis económicas de las empresas. Pero el efecto es el mismo: en un mercado de 500 millones de habitantes, es difícil que haya sitio para casi una treintena de aerolíneas low cost, como pasaba hasta ahora. «Lo que está pasando en Europa es lo que ya vivió EEUU: un mercado que se concentra porque solo los más fuertes o los que lo hacen muy bien pueden sobrevivir a largo plazo», explica Athina Sismanidou, profesora de la escuela de negocios EADA.

Los dos últimos casos de aerolíneas low cost que han cesado o cesarán su actividad no son de firmas con pocos aviones como había pasado en los últimos años, sino de empresas importantes. Por un lado, Air Berlin (144 aviones) dará por concluida su actividad a finales de mes. Por el otro, Monarch (35 aviones) anunció el cese de operaciones 2 de octubre. Y no serán las últimas.

«Es lógico que haya concentración. En EEUU, las tres primeras aerolíneas concentran el 90% del mercado; en Europa, hay varias aerolíneas solo en cada país. Además, hay importantes razones económicas: en los últimos años el petróleo ha bajado mucho, y las aerolíneas han apostado por crecer y crecer. Eso ha aumentado la demanda, originado una guerra de precios y tensado las tesorerías. A la que ha habido problemas en algunos mercados importantes para algunas firmas (Turquía, Norte de África), estas han quedado muy tocadas», agrega la profesora Sismanidou.

Situación insostenible / La guerra de precios ha afectado a los márgenes operativos, que son los que marcan en buena parte el futuro de las empresas. «O tienes mucha fuerza de balance, como Ryanair, que incluso ha podido capear miles de cancelaciones, o corres el peligro de acabar como Monarch», resume Sismanidou. «Muchas aerolíneas incluso en los años de bonanza o con el petróleo en mínimos tenían pérdidas... no es una situación sostenible», completa.

En los próximos meses y años, centenares de aviones nuevos se sumarán a las flotas de las compañías de bajo coste europeas, lo que multiplicará la oferta de rutas y vuelos y, por lo tanto, se intensificará la guerra comercial. Eso puede acabar dañando a más low cost, pero también a las grandes empresas. Porque, de hecho, la consolidación afecta a todos los tipos de aerolíneas: Alitalia está en proceso concursal.