La cooperativa Virgen de la Oliva de Ejea se reivindicó ayer en la celebración de su 75 aniversario como uno de los principales «motores económicos» de la comarca de las Cinco Villas. La cooperativa ha pasado de los primeros 80 socios a los más de 2.500 actuales, de los que 500 tienen una importante actividad agrícola, y a convertirse en una de las más pujantes de Aragón. Es además referencia en cuanto a aplicación de métodos de investigación y tecnológicos en procesos de trabajo.

Su volumen de facturación está en torno a los 50 millones de euros anuales y destina buena parte de su producción a la exportación. En forrajes (alfalfa, raigrás o festuca), de una producción de 35 millones de kilos, en torno a 12 millones van destinados a China y 15 a Emiratos Árabes. Además, sus socios producen cereales, oleaginosas, semilla certificada y productos hortícolas, que dada su heterogeneidad, suponen unos tres millones de euros en ventas.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, que asistió ayer al acto del 75 aniversario de la cooperativa, destacó el empuje de la cooperativa y su contribución a la economía local y comarcal, así como al asentamiento de la población. «Desde el Gobierno que presido apostamos por este vector estratégico para liderar el Aragón agroalimentario de futuro», dijo Lambán, que recordó que, en conjunto, el sistema agroalimentario aragonés aporta un valor añadido bruto próximo a los 4.000 millones de euros, que supone algo más del 10% del PIB regional, y aporta el 12% de la ocupación total (unos 65.000 empleos).

En este sentido, Lambán, que abogó por rejuvenecer la actividad, destacó que la DGA ha dado un fuerte impulso al sector, poniendo a disposición del sistema agroalimentario aragonés en los tres últimos años unos 220 millones de euros como subvención a la inversión.