La adjudicación de la versión eléctrica del nuevo Corsa a la planta de Figueruelas a partir del año 2020 abre un «horizonte de oportunidades para la industria aragonesa». Esta afirmación la suscriben varios expertos consultados por este diario, pero advierten del enorme desafío que tendrán que afrontar las empresas auxiliares del automóvil, Opel España, la administración autonómica, la Universidad de Zaragoza y los distintos organismos públicos y privados vinculados con el impulso de la innovación para que Aragón no se apee del tren del futuro.

El vehículo eléctrico y el desarrollo de su tecnología es solo un paso más para blindarse ante la amenaza de una posible deslocalización de productos como el Corsa, pero también para posicionarse en el medio plazo como punta de lanza de uno de los sectores más exigentes. «Conocer esa tecnología y posicionarnos en la movilidad eléctrica nos aportará un valor añadido a las empresas aragonesas del sector, y eso nos dará más garantías de futuro, pero hay que tener muy claro que solo tendremos éxito si hacemos una apuesta a largo plazo; esto no va a ser de un día para otro», subraya el gerente del Clúster de Automoción de Aragón, David Romeral.

Un reciente informe de Automotive News concluye que el 75% de los principales proveedores de la industria del automóvil desaparecerán o serán irrelevantes en el 2030 si no modifican su línea de negocio y la enfocan hacia la movilidad eléctrica. El mismo estudio afirma que los vehículos enchufables o que dispongan de un sistema híbrido supondrán el 57% del mercado de coches nuevos en el 2030.

Por tanto, en la apuesta de Aragón por el vehículo eléctrico están en juego una buena parte de los 25.000 empleos que sustenta el sector del automóvil, más del 6% del PIB, miles de millones en inversiones y más del 30% de sus exportaciones. Y lo más importante: el futuro. Porque el coche eléctrico es el paso previo a la conducción autónoma. De hecho, hay quien sitúa la implantación del coche autónomo en el 2025, razón de más para que Aragón no deje pasar esta oportunidad de oro.

«El vehículo eléctrico es el pilar del coche autónomo y del futuro», asegura el director del Instituto Tecnológico de Aragón (Itainnova), Ángel Fernández Cuello, que augura importantes cambios en el sector. Itainnova es precisamente uno de los actores llamados a participar en esta revolución industrial. Este organismo trabaja para 750 empresas y cientos de centros de I+D de medio mundo, y recientemente ha recibido el Premio a la Innovación 2017 en el Global Supplier Summit que organiza la multinacional del sector de automoción ZF Group. Además, el 28% de los 13 millones que facturó en el 2017 proceden del automóvil.

COOPERACIÓN SÍ O SÍ

Con estos avales, su director subraya que la cooperación entre los distintos actores será vital para posicionar a Aragón en el nuevo escenario. Por ello, hace un llamamiento a las empresas auxiliares, a Opel, a la Universidad de Zaragoza y a la administración a trabajar conjuntamente. «Es necesario que Figueruelas y los proveedores compartan información para poder conocer hacia dónde se dirige la investigación», subraya Fernández Cuello, que cree que en los últimos años «no se ha sabido aprovechar ese canal de información» en Aragón. En este sentido, alude a la ventaja que supondría para el desarrollo de la industria local poder acceder a la información (de forma confidencial) de los centros de investigación de Opel y PSA por parte de las auxiliares y de la Universidad de Zaragoza.

«Obviamente, esa información será un gran valor porque sentará las bases para que las auxiliares de la comunidad puedan desarrollar, por ejemplo, una pieza para que las baterías no se calienten tanto», destaca Romeral, que apunta que tener una red de proveedores competente permitirá a Opel optar con más garantías a otros modelos eléctricos de PSA en un futuro.

Todas las fuentes consultadas coinciden en que las auxiliares deben moverse cuanto antes para no llegar tarde a la carrera de la nueva movilidad, pero confían en que la mera adjudicación del Corsa eléctrico será beneficiosa para el sector. Sobre todo si, tal y como ha dicho Opel en los últimos días, el modelo de gasolina y el eléctrico comparten plataforma. «En ese caso muchas piezas como el chasis, los asientos, los salpicaderos o los retrovisores serían comunes», indica Romeral.

A fin de cuentas, la dirección de Figueruelas ya ha abierto la puerta a fabricar hasta 600.000 coches al año. Eso será más trabajo para los proveedores.

EMPRESAS CON EXPERIENCIA

Eso sí, dar el salto a fabricar los motores y la mecánica ya son palabras mayores. «No sé si algún día podremos porque aún no tenemos experiencia, pero optar a la información que nos puede dar Opel ya es un paso importante», subraya Romeral, que, no obstante, recuerda que ya hay auxiliares en Aragón fabricando componentes para coches eléctricos. Es el caso de TI Automotive, en Tauste, Tristone, en Borja, o Valeo, que produce sistemas de climatización para este tipo de vehículos.

Fernández Cuello advierte de la entrada de nuevos actores en el mercado del automóvil, principalmente fabricantes asiáticos vinculados a la alta tecnología (LG, Toshiba, Panasonic, Samsung...) lo que puede suponer la desaparición de proveedores tradicionales. Por ello, anima a que las auxiliares aragonesas se orienten hacia el nuevo mercado (eléctrico y conducción autónoma). «Aragón no se ha sabido posicionar hasta ahora», recalca el director de Itainnova. En los próximos años los vehículos necesitarán piezas tradicionales, pero en menor medida. El Informe Global sobre Automoción 2017, elaborado por KPMG y en el que se ha encuestado a cerca de 1.000 directivos del sector, concluye que el 85% está convencido de que en el futuro se generarán más ingresos con el ecosistema digital que rodeará a la industria que con la mera venta de coches.

Por ello, la apuesta por la innovación y por el desarrollo de nuevas tecnologías deberá ser la piedra angular de las auxiliares de la comunidad, pero también del Gobierno de Aragón. La inminente constitución de la Mesa del Automóvil es una oportunidad para fijar la hoja de ruta a seguir, y en ella «la I+D será vital», subraya Fernández Cuello, que también alude a otro de los pilares de esa estrategia: la formación.

Fernández Cuello también es profesor de la Escuela de Ingeniería de Zaragoza y destaca el elevado nivel de los alumnos, algunos de los cuales no llegan ni a terminar los estudios porque son requeridos por las empresas. «Nos los quitan de las manos», asegura el director de Itainnova, que apuesta por elevar el grado de especialización de los futuros trabajadores del sector y desarrollar un «maridaje entre la Universidad, las auxiliares y Opel».

El informe de Automotive News concluye comparando la llegada masiva del coche eléctrico con el meteorito que supuestamente acabó con los dinosaurios. En este caso, los dinosaurios son los proveedores tradicionales de componentes. La industria del automóvil de Aragón tiene una oportunidad de oro, pero también un reto enorme.

Con todo, no hay que olvidar que para que el vehículo eléctrico acelere en los próximos años en España será necesario un apoyo de todas las partes, también de la administración. Por poner un ejemplo, el porcentaje de estaciones de carga por cada mil coches en España es ínfimo: por debajo del 1%, frente al 35% de otros países europeos.