El 2016 no está siendo un buen año para el sector apícola de la comunidad. La falta de lluvias y un invierno más caluroso de lo habitual redujo la floración en primavera, con el consiguiente perjuicio en la cosecha. De hecho, la producción ha bajado este año un 50%, pasando de un millón de kilos a apenas 500.000, según informó ayer David Rocafull, responsable del sector de UAGA Aragón.

A pesar de este desplome en la cosecha, los precios han bajado «un 30%» respecto a un año normal, lo que está poniendo en peligro la viabiliad de muchas explotaciones. En Aragón hay 1.220 con 104.000 colmenas censadas que dan trabajo a unas 1.200 personas. «Este años estamos cobrando por cada kilo unos 2,60 euros, lo que nos sitúa en los límites de los costes de producción», denunció Ángel Fuertes, otro de los responsables del sector en UAGA.

El sindicato agrario achaca esta caída de precios a la importación de miel de baja calidad procedente de otros países, sobre todo de China. «Los productores pagan entre 1,50 y 1,80 euros por ella, luego la mezclan con mieles nacionales y se venden en el supermercado por unos cuatro euros», explica Fuertes.

Según indicaron desde UAGA, la normativa europea permite a los envasadores etiquetar con la leyenda «mezcla de mieles originarias y no originarias de la UE», una indicación que impide al consumidor diferenciar el país del que procede. Así, el sindicato considera que la solución a esta crisis de precios pasa por un etiquetado «más transpartente y clarificador».