José Manuel González-Páramo (Madrid, 1958), consejero ejecutivo de BBVA y exmiembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), considera que la época de los bajos tipos de interés toca a su fin. Experto en política monetaria y en finanzas internacionales, el tercer hombre fuerte del BBVA pronostica cambios importantes en el sector como resultado del brexit, la baja rentabilidad y la digitalización.

--¿Para cuando la subida de tipos de interés en la eurozona?

--El momento de la salida de la política monetaria que tenemos ahora vendrá determinada por el juicio que va a hacer público el Banco Central Europeo sobre si la inflación se acerca a su objetivo lo que es un nivel cercano pero inferior al 2%. Y vamos en ese camino, así que habrá que estar muy atento a las previsiones de junio. A partir de aquí, si el escenario principal se confirma, lo que cabe esperar que el BCE empiece reducir el volumen mensual de compras de activos, que ya bajó de 80.000 millones a 60.000 millones de noviembre a diciembre. Es probable que el año que viene en el primer trimestre veamos una reducción adicional. La previsión central nuestra es que a finales del 2018 veremos la primera subida de tipos de interés.

--¿Cómo va afectar a España?

--España tiene una posición cíclica que hace que pueda absorber bien una subida de tipos. La economía en su conjunto no tiene porque verse perjudicada, si no más bien al contrario, pero el déficit público puede aumentar porque seguimos con una deuda pública del 100%% del PIB que ahora se financia muy barata y que con una subida de tipos se encarecerá. Los hogares se han desendeudado mucho y se ha reducido el desempleo y los niveles a los que las hipotecas están fijadas son tipos de interés reales negativos, por lo que no tendrá un efecto negativo en los hogares.

--¿Cómo cree que el BCE está gestionando la salida de la crisis?

--Creo que ha ido más allá de su vocación natural que es la de ser el banco del euro y contribuir a la estabilidad de precios. Lo que ocurre es que durante esta crisis se ha visto impelido a tomar medidas extraordinarias y convertirse nada menos que en supervisor.

--¿Está siendo en lento en retirar los estímulos?

--Va al ritmo al que la economía europea le pide que actúe. No puede precipitarse a desmantelar los estímulos económicos cuando todavía hay una cierta fragilidad. Aún estamos creciendo al 1,7% y la inflación está creciendo lentamente hacia el 2%, pero todavía no estamos ahí. Está en una posición más cauta que la Reserva Federal.

--¿Cómo se va a mover la ‘City’ tras el brexit?

--No ha sido una buena noticia para Europa la decisión del pueblo británico de abandonar la UE porque la idiosincrasia británica ha añadido mucho para explicar lo que hoy somos. No hay más que reparar en que la lengua vehicular en Europa sigue siendo el inglés. Es evidente que el brexit va a significar cosas para la City. No es pensable que el sector financiero o la autoridades de supervisión y regulación sean offshore. La autoridad bancaria europea tendrá que salir de Londres, algunos centros financieros también tendrán que reubicarse en el continente.

--¿A qué plazas se moverá la ‘City’ de Londres?

--Hay una multiplicidad de opciones en Europa y fundamentalmente cinco opciones: Fráncfort, París, Milán, Dublín y Madrid. Podrían repartirse opciones y funcionar como una red que al final replique lo que hoy día produce Londres.

--¿Ve cerca un acuerdo en la eurozona para crear un fondo de garantía de depósitos común?

--Soy muy positivo y si no ha avanzado más rápido ha sido por el panorama electoral de este año. Es un paso muy importante que representa, por ejemplo, que un depositante español podría estar asumiendo riesgos de un banco situado en otro país y esto son palabras mayores desde el punto de vista político. Pero desde el punto de vista de algunos países en Europa antes de mutualizar el riesgo hay que rebajar el riesgo de los balances reduciendo el peso de la deuda pública nacional en los balances de los bancos de cada país. Esto es clave para completar la unión bancaria. Creo que veremos acuerdos, si no en otoño, en el año que viene.

--¿Prevé que haya movimientos corporativos en la eurozona y en España?

--La rentabilidad sel sector es baja y esto es un reto que va a implicar consolidación bancaria. Veremos operaciones corporativas que probablemente empiecen a nivel nacional y que en un futuro no muy distante esperemos den lugar a operaciones transfronterizas que den lugar a un banco genuinamente europeo.

--¿Por qué es importante que España tenga presencia en el BCE?

--España por historia, por vocación y por tamaño debería estar presente en las principales instituciones europeas para definir su futuro y estamos ahora mismo en ese momento crucial. Si se acepta este principio general hay que reflexionar desde el punto de vista de país cuáles son aquellas posiciones en las que España querría estar y debería estar. Es una reflexión estratégica que no tiene que ver con nombres, de quién hay para aquí y quién hay para allá. Se trata de ver donde queremos estar y por qué. Una vez respondida esa pregunta debemos pensar cuál es la estrategia para asegurar esa posición porque no en todas las instituciones europeas se consigue representación de la misma manera.

--¿Cómo se puede asegurar una silla en el banco central?

--En el Banco Central Europeo es fundamental que cualquier candidato sea sobresaliente y tenga experiencia en un banco central. Por eso casi siempre tenemos gobernadores en los puestos vacantes o gente que lo ha sido. Y después hay que entender que siendo el banco central de muchos países siempre hay combinaciones de grande, pequeño, núcleo o no núcleo. Y comprender esos equilibrios es central a la hora de saber si proponer a un candidato y cuándo.