Enel, principal accionista de Endesa, cerrará todas sus centrales termoeléctricas en el plazo máximo de 20 años, es decir, antes del 2035. El anuncio lo hizo ayer su consejero delegado, Francesco Starace, que confirmó de esta forma los malos augurios que planean sobre la central térmica de Andorra, cuya clausura podría precipitarse a mediados del 2020, según dio a conocer el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), el pasado 4 de mayo, durante la celebración de la junta de accionistas de Enel, celebrada en Roma.

«Enel está capacitada para cerrar su parque termoeléctrico en menos de 20 años, en torno a 2035», aseguró Starace en una entrevista publicada ayer por el diario económico italiano Il Sole 24 Ore. Se trata de la primera vez que la cúpula de la compañía italiana se pronuncia de forma oficial y tan contundente al respecto.

El consejero delegado de Enel recordó que el grupo ya se planteó «la emisión cero» de gases contaminantes a la atmósfera en sus objetivos para el 2050, pero matiza que «muy probablemente se logrará esa meta antes».

Starace reconoció que el objetivo de cerrar el parque termoeléctrico del grupo responde a motivos medioambientales pero también económicos: «Está empezando a ser más conveniente construir nuevas instalaciones que utilicen energías renovables que mantener en activo plantas termoeléctricas cuya inversión ya ha sido amortizada», insistió. El directivo consideró que el mundo globalizado camina hacia «un horizonte de sustitución de la energía convencional por la renovable», un escenario positivo que permitirá «reducir las emisiones» contaminantes.

La decisión, por tanto, parece estar tomada, también en el caso de Andorra, cuya central da empleo, de forma directa o indirecta a unas 4.000 personas en Teruel. La planta es una de las de mayor potencia en España, con un total de 1.050 megavatios.