El fabricante automovilístico alemán Daimler ha llamado a talleres a cerca de un millón de vehículos por estar equipados supuestamente con un sistema para manipular las emisiones de gases contaminantes y que afecta a prácticamente todas sus clases y tipos, según publico ayer la revista alemana Der Spiegel.

Así se desprende de una lista de la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) de Alemania a la que ha tenido acceso el semanario y en la que figura un total de 24 modelos —algunos de los cuales siguen todavía a la venta— para los cuales este organismo ordenó a finales del mes pasado una revisión.

Se trata entre otros del modelo diésel más pequeño con motor Renault de la clase C y del C300 Hybrid con motor Mercedes; de diversos modelos de la clase E —algunos de ellos de la serie actual— o de las variantes comercializadas como particularmente ecológicas con motor híbrido en la lujosa clase S, indica la publicación. En la clase G se han visto afectados varios vehículos todoterreno como el ML, el GLE y el GLC, así como el coupé deportivo CLS y el convertible SLK.

En el segmento de transporte, Daimler ha llamado a talleres las furgonetas Vito, la clase V y el sprinter. En total, Daimler ha llamado a revisión 280.000 vehículos en Alemania y otros 700.000 en el resto de Europa. Un portavoz de Daimler confirmó al semanario que se trata de los modelos enumerados por el presidente de Daimler, Dieter Zetsche, durante las conversaciones mantenidas en el Ministerio de Transporte. Agregó que Daimler desarrollará actualizaciones del software e informará a los clientes tan pronto como estén aprobadas.

fraudulento /En la misma revista se informa también que el presidente ejecutivo de Volkswagen, Herbert Diess, fue informado acerca de la existencia de software fraudulento en los automóviles dos meses antes de que los reguladores avisaran sobre un escándalo de emisiones de gases de escape multimillonarios.

Der Spiegel se basa en documentos recientemente revelados de la fiscalía de Braunschweig, y plantea dudas sobre si la compañía informó a los inversionistas de manera oportuna sobre el alcance de un escándalo que ha costado miles de millones de euros al grupo en multas y acciones de reparación.

La administración superior de Volkswagen, que ha negado haber actuado mal en este caso, está siendo investigada por fiscales en Braunschweig, para aclarar si la compañía alemana violó las reglas de divulgación. La dirección del gigante automovilístico reiteró ayer que el consejo de administración no había violado sus obligaciones de información a los inversores de hechos relevantes porque no tenían conocimiento del alcance de las posibles multas y sanciones por el escándalo.