--¿Cuál es su hoja de ruta para UGT Aragón en estos años?

--El escenario es de discusión de reformas. Estamos discutiendo la propia estructura de las federaciones. Hoy tenemos seis y lo más probable es que se queden en tres (industria, servicios públicos y servicios privados). La guía de las reformas en el sindicato tiene dos ejes: dar más capacidad de decisión a los afiliados en la negociación colectiva y en los grandes acuerdos, y centralizar la utilización de los recursos para ahorrar. Además queremos consolidar y extender la afiliación. Luego tendremos que ver cómo quedan las instituciones aragonesas y el Gobierno de Aragón tras las elecciones. Esperamos un cambio y el fin de las políticas de austeridad. En eso ayudaremos todo lo posible

--¿Qué situación económica tiene el sindicato?

--Hace unos años afrontamos dos proyectos como son el centro de Ligüerre de Cinca y el de formación Arsenio Jimeno. En el primer caso, hemos replanteado el negocio para que lo gestionen profesionales y para que, si no nos da beneficios, al menos no genere pérdidas. Lo que no podemos hacer es que los afiliados paguen la rehabilitación de un pueblo, no podemos dedicarnos a eso. En el caso del centro de formación, debería financiarse con actividades de formación, pero como han caído no está al 100% de capacidad. Y, además, hemos de equilibrar ingresos y gastos.

--¿Cómo están esas partidas?

--En 2010, los programas con la administración suponían el 75% de los ingresos y ahora el 45%, por lo que se ha reducido esta dependencia. Las cuotas de afiliados se han estabilizado y los servicios jurídicos también son fuente de ingresos. UGT Aragón con la plantilla que tiene y pocos ajustes tiene sus cuentas equilibradas. Pero las consecuencias de la crisis las vamos a pagar durante años.

--¿Entonces, el problema actual de UGT es financiar la deuda?

--La deuda que tenemos es del centro de formación y de problemas de funcionamiento de los últimos dos o tres años. En cuanto a la deuda interna, hemos tenido suerte, porque tanto la ejecutiva confederal como otros organismos del sindicato han echado el resto para que no tuviéramos que acudir a financiación externa. La deuda es perfectamente soportable. Con una política de austeridad a muchos años el sindicato puede alcanzar el equilibrio perfectamente.

--¿Cuándo se van a pagar las nóminas que se deben a la plantilla del sindicato?

--El problema con las nóminas es un problema de los programas contratados con la administración. Nos debe todos los programas del 2014 y eso supone unos dos millones de euros. Por eso, vamos con retrasos y pagamos cuando podemos. Si las administraciones pagasen a tiempo, no deberíamos las nóminas que se deben a la plantilla.

--¿UGT se va a trasladar finalmente a la sede del centro de formación Arsenio Jimeno?

--Sí. Lo estamos estudiando. El centro de formación no puede funcionar al 100% de su rendimiento porque no hay cursos suficientes y no nos podemos permitir el lujo de tener dos sedes. Esta sede tiene unos gastos de comunidad y el centro de formación cuesta abrirlo todos los días. No podemos ni debemos permitirnos ese lujo, es un error.

--¿Qué sede prefiere usted?

--Yo soy partidario del centro de formación, porque ofrece más posibilidades, es un centro más moderno y es propio. Ahí podemos compatibilizar todas las actividades del sindicato.

--Ahora hay dos Federaciones bajo una gestora. ¿Cómo va a resolver estos problemas?

--Fitag y la FSP dependen ahora de las decisiones de dos federaciones estatales. Este sentimiento de provisionalidad dificulta el funcionamiento del sindicato porque es difícil adoptar decisiones de futuro. Esto desestabiliza la discusión interna y eso es malo para el sindicato. Estoy seguro que antes del verano que viene el tema de la FSP estará resuelto.

--¿Su actuación no ha sido excesivamente drástica en la FSP?

--No. Se aplicaron los estatutos

--¿Pero esto no había ocurrido antes en el sindicato...?

--Igual hacía mucho tiempo que no ocurría, quizá porque a nadie se le había ocurrido antes hacer eso. Nosotros tenemos unos estatutos y unas normas, y las hacemos cumplir. En este caso, ha existido una conducta punible de la suficiente gravedad y ha creado la suficiente alarma dentro de los órganos del sindicato para tomar esa resolución. Se vulneraron los derechos de otros afiliados y se daño la imagen de la organización. Todos los órganos han confluido en la necesidad de esa suspensión.

--¿No hubiera sido mejor solucionarlo desde el diálogo?

--Siempre, pero no he visto ninguna posibilidad al respecto.

--¿Cree que la denuncia de la FSP merece autocrítica por parte del sindicato?

--El tema del piso de Aurelio Palomares es antiquísimo. Es un gasto sujeto a la discusión interna y a una valoración sobre su necesidad. Lo hacemos todos los años y lo reflejamos en los presupuestos. Discutiremos el tema y, si consideramos que gastarnos 6.000 o 7.000 euros al año en eso es rentable para UGT, lo seguiremos gastando. El asunto se hizo público de manera torticera.