El director de Relaciones Laborales de CEOE, Jordi García Viña, visitó esta semana Zaragoza, donde se reunió con diferentes asociaciones empresariales en la sede de CEOE Aragón.

-¿En qué punto se encuentra la negociación del acuerdo por el empleo y la negociación colectiva (AENC)?

-La CEOE planteó la semana pasada la tercera propuesta en materia de revisión salarial y pensamos que en breve podremos tener un acuerdo. El planteamiento establece una subida de entre el 1% y el 2%, más otro 0,50% adicional en función de la productividad y de la marcha de las empresas o del sector afectado por la negociación. De todos modos, debemos recordar que esta propuesta es una recomendación puramente orientativa que ofrecemos a empresas y sindicatos.

-¿Ha llegado la hora de subir los salarios en España?

-Los sueldos en este país nunca han dejado de bajar si atendemos a la media de los salarios pactados en convenio colectivo, que es lo único que podemos regular. En los momentos en que menores incrementos se han dado, en las épocas de crisis más importantes, hemos estado en una subida del 0,6% y actualmente los salarios están creciendo el 1,25%.

-Esa media estadística de los salarios pactados en convenio no se ha cumplido en miles de empresas españolas.

-Si hablamos del mecanismo de descuelgue salarial, desde 2012 hasta el mes pasado, según los datos del ministerio, solo ha afectado a 300.000 trabajadores de este país. Respecto a los casi 18 millones de afiliados es una cantidad baja. En la adminsitración pública sí que hubo descensos generalizados, desde el 5 y hasta del 15%.

-Dicen los sindicatos que subir los salarios impulsaría el consumo interno y que eso crearía más empleo. ¿Está de acuerdo?

-Son elementos que se relacionan pero no siempre tiene que ser así. En España llevamos varios años con crecimiento del consumo cuando la situación económica no era tan boyante, por lo tanto desde ese punto de vista no tiene nada que ver. La economía española se fundamenta en el consumo, pero este no solo se basa en los trabajadores, también en los que deberían estar empleados y no lo están. Para nosotros la principal prioridad es que desaparezca el desemplo.

-¿Y cómo se consigue?

-Esto siempre es más fácil de decir que de hacer, pero hay dos grandes líneas. Por un lado, para que la economía crezca hay muchas medidas, no solo incentivarla, también eliminar obstáculos, burocracia o bajar los costes. Y luego hay otro elemento. La sociedad y sus necesidades se han flexibilizado enormemente, por lo tanto la normativa del mercado laboral debería flexibilizarse.

-¿Cómo valora la subida del 8% en el salario mínimo interprofesional pactada por el PSOE y el Gobierno?

-Creemos que el SMI tiene una incidencia muy limitada porque no hay nadie en España que esté por debajo del salario mínimo y porque muy pocos convenios colectivos tienen salarios en línea con el SMI. Nos parece que cualquier elemento que se regule por ley crea unas rigideces innecesarias. El sistema de negociación colectiva es el que regula los salarios y es el más real y eficaz.

-La reactivación del mercado laboral se está basando sobre todo en contratos a tiempo parcial y eventuales. ¿Es el único empleo que pueden crear ahora las empresas?

-La proporción de temporales e indefinidos es muy similar a la de hace 30 años. Se debe a múltiples factores, como el ato grado de temporalidad de sectores tan diversos como la agricultura o servicios. Eso no va a cambiar. Hay otro elemento en el que sí podemos incidir, que es la rigidez que tiene el contrato indefinido. Y eso puede explicar también que el contrato a tiempo parcial esté siendo utilizado ahora para gestionar determinados mecanismos de flexibilidad.

-¿Cree que hay muchos empresarios que no realizan contratos indefinidos porque el coste de la indemnización es elevado?

-Si el mes pasado de todos los contratos que se hicieron solo el 10% fueron indefinidos, debe haber una razón. En los últimos 20 años hemos ido endureciendo la legislación de contratos temporales. De hecho, es mucho más protectora en comparación con la mayoría de países europeos, aunque es cierto que aquí el índice de temporalidad es mucho mayor. Ahora nos toca centrarnos en los indefinidos para que sean más flexibles y haya más.

-¿Cree entonces que hay que rebajar la indemnización por despido?

-No creo que sea el único elemento pero debemos pensar en trabajar ya en ese sentido, porque hay bastante diferencia entre las indemnizaciones de temporales e indefinidos. Es muy difícil establecer una cuantía determinada, pero debemos eliminar esa polarización del trabajador que aspira a un empleo indefinido y el empresario que trata de huir del contrato indefinido.

-¿Los contratos temporales y a tiempo parcial pueden lastrar la capacidad innovadora de las empresas?

-Podría influir, pero las empresas son las que saben lo que necesitan y, por tanto, dar recetas externas me parece poco razonable.

-¿Se fomenta poco el espíritu emprendedor?

-La parte cultural es un aspecto fundamental. Hemos de ser capaces de que los niños desarrollen esa mentalidad emprendedora, que tengan interés por crear su propia empresa y pierdan ese miedo. Que su objetivo no sea solo ser funcionario.

-¿Es necesario abordar una nueva reforma laboral?

-No creo que haya llegado el momento de poner patas arriba la legislación laboral española. Más que cambiarlo todo deberíamos seguir haciendo reformas progresivas pensando sobre todo en el largo plazo.

-¿Las patronales ya han concluido su reestructuración?

-Hemos sufrido la crisis de una manera importante como todas las empresas, aunque este periodo también ha hecho que nos modernicemos. Probablemente aún estamos en ese proceso de cambio. Debemos transformarnos para dar más y mejores servicios a las empresas, que son las que nos piden que trabajemos para ellas. Renovarse o morir.