Las pintorescas calles de la localidad turolense de Albarracín, además de formar parte del ranking de los pueblos más bonitos de España, acogen un tesoro escondido: el municipio alberga la quesería española más premiada internacionalmente. Hablamos de la empresa Queso Artesano de Teruel, cuyos alimentos se comercializan bajo la marca Quesos Sierra de Albarracín.

Los productos de la compañía turolense obtuvieron en la última edición de los prestigiosos World Cheese Awards un total de 13 medallas y suman ya 28 en total. Entre ellas, destacó el Super Gold, que situó a su queso Etiqueta de Plata como uno de los 66 mejores del mundo.

Precisamente, ha sido su participación en certámenes internacionales lo que ha conseguido que los quesos Sierra de Albarracín se expandan en el mercado exterior. «Los galardones te aportan prestigio y una reputación certificada», expresan desde la compañía. «Nuestro principal cliente en el exterior es Japón y también exportamos a Reino Unido, Holanda y estamos en trámites con Catar», añaden.

Actualmente, la empresa Queso Artesano de Aragón está compuesta por una plantilla de nueve trabajadores, liderada por Alberto Asensio; produce 70.000 kilos anuales de queso; y factura en torno al millón de euros. Su fábrica está ubicada en Albarracín, a la que está adosada una tienda. También son propietarios de una granja en Santa Eulalia del Campo. Sus productos se comercializan a través de internet y de una extensa red nacional de pequeños comercios especializados en artículos gourmet.

Tradición y tecnología

El producto principal de la empresa es el queso de leche fresca de oveja, obtenida exclusivamente del ganado propiedad de la quesería, siguiendo así las más estrictas pautas en cuanto a higiene y desarrollándose todo el proceso conjugando métodos artesanos tradicionales y los últimos avances tecnológicos.

También producen otra línea de quesos a partir de leche pasteurizada, en sus variantes tradicionales (tierno, semicurado, curado...). «Como controlamos todos los elementos que participan en la producción podemos trabajar esa leche con seguridad», recuerdan desde la compañía.

Quesos Sierra de Albarracín cumplió el año pasado diez años de andadura y la quesería se creó a raíz de una compañía matriz, Piensos Sol, con más de 50 años de trayectoria. «Los propietarios de la empresa pensaron que sería muy interesante tener una granja propia de ovejas lecheras para tener una experiencia real con los animales y poder así cubrir sus necesidades mejor», explican. Así decidieron montar la granja y, más tarde, la quesería. «Se investigó cómo se hacía el queso tradicionalmente en la sierra de Albarracín desde hace siglos y se intentó retomar eso», destacan.

Así, para la elaboración ordinaria de quesos utilizan maquinaria de nueva tecnología, que combinan con otra línea de producto que se fabrica de una forma artesanal en una cava, denominada De Mía, de piedra caliza con una capacidad de producción para unos 6.000 kilos anuales. Esta está obtenida del entorno y reproduce las condiciones de una cueva natural, provista de estanterías de madera, donde se guardan los quesos.