La central térmica de Andorra es «absolutamente necesaria». Así lo subraya el Gobierno de Aragón en un escrito remitido ayer al Ministerio de Energía con sus aportaciones a los procesos de consulta pública previos a la elaboración de sendas regulaciones del sector energético, donde, entre otras cosas, insta que permanezca operativa la central turolense.

El Ejecutivo autonómico pone de manifiesto en el documento que el cierre de la térmica supondría «la pérdida de una garantía de suministro para el sistema, más aún cuando en el horizonte parece atisbarse un principio de recuperación económica y por tanto de actividad industrial y mayores consumos energéticos». Además, ve negativo el cierre de una unidad de producción que tiene el carbón a escasos kilómetros, «sin depender por tanto de suministros de importación sujetos a posibles desabastecimientos».

La DGA también destaca la «gran repercusión» que tiene el sector para la economía de la provincia, ya que genera en torno a 3.500 empleos directos e indirectos en un territorio con una de las menores densidades de población en Europa.

Todos estas razones son las que ha esgrimido el Gobierno aragonés para apuntalar la continuidad de Andorra en un momento en que la UE obliga a ejecutar una serie de inversiones en la térmica para disminuir las emisiones contaminantes. De no ser así, fija la fecha de junio del 2020 para que mantenga su actividad.

En la consulta del ministerio se pregunta por los procedimientos que deberían seguirse en el supuesto de que el titular, en este caso Enel a través de Endesa, solicite el cierre de una central que es necesaria para el sistema. De hecho, la eléctrica italiana ya ha trasladado su intención de prescindir de las plantas vinculadas con la actividad del carbón.

El Gobierno de Aragón recuerda que si Red Eléctrica Española (REE) considera que la continuidad de una central es necesaria para el sistema, el Ministerio puede denegar la solicitud de cierre. Si no se consideran de esta forma --añade la DGA en un comunicado-- existen otras posibilidades, como la retribución de pagos por capacidad, de tal forma que la central continúe estando disponible a disposición de las necesidades del sistema. También, dice, se puede llega a un acuerdo con la propietaria Endesa para asumir los costes derivados de su «hibernación», lo que no tendría repercusión negativa en su cuenta de resultados.