Ayer era el día del libro, pero ¿qué es eso? La palabra libro tiene su origen en la latina liber. Y esta, a su vez, tiene dos significados bien distintos porque procede de dos voces protoitálicas diferentes. Así, definía la corteza interior del tronco de los árboles, y por evolución acabó dando nombre a los libros. Pero también significaba libre. En las calles ayer no cabía esta duda etimológica, pero sí podía plantearse en los mercados. Los inversores, más que dispuestos a abrir la primera página de un nuevo libro, parecieron sentir el vacío del escritor ante la página en blanco. Indecisos entre si contar una historia compradora o vendedora, prefirieron tomarse el día libre.

La sesión comenzó con bajadas moderadas pero un dato de actividad manufacturera de la zona euro mejor de lo esperado provocó tímidas subidas. El índice se situó en abril en los 54 puntos frente a los 53,1 de marzo, cuando marcó el punto más alto desde mayo del 2011 (si está por encima de los 50 puntos significa expansión). La mala apertura de Wall Street (tras seis sesiones al alza, un mal dato de venta de viviendas sirvió de excusa para una recogida de beneficios) devolvió el frágil equilibrio de la sesión a los números rojos. El Ibex 35 apenas cayó el 0,13%, a los 10.424,4 puntos, pero rompió una racha de tres jornadas al alza. La deuda, empero, sigue dando buenas noticias: el interés del bono a 10 años cayó a 3,04%, cada vez más cerca de mínimos históricos, lo que llevó a la prima a los 152 puntos.