El diálogo social entre las organizaciones sindicales CCOO y UGT y empresariales CEOE y Cepyme se ha esfumado y prácticamente no existe. Después de las últimas reuniones del pasado mes de noviembre entre los máximos dirigentes de estas organizaciones, únicamente ha habido algunos encuentros sectoriales sin frutos. Pero la semana pasada se produjo un cruce de cartas que muestran el mal ambiente que reina entre los agentes sociales, como no se veía desde hace años, y en las que está sembrada la semilla del fracaso.

El pasado 22 de febrero, Juan Rosell y Antonio Garamendi enviaron una carta a Ignacio Fernández Toxo y Pepe Álvarez en la que enuncian los temas que deberían formar parte de la negociación, ya que la patronal no quiere hablar sólo de subida salarial. Entre las propuestas figuran reivindicaciones históricas de la CEOE que en cuatro décadas de democracia no han sido atendidas por ningún gobierno y otras que han fracasado. Por ejemplo, reclaman una ley de huelga, el recorte de competencias de los delegados sindicales y también cambios en las elecciones sindicales.

CEOE y Cepyme proponen una rebaja en las cuotas empresariales a la Seguridad Social y limitar las responsabilidades del empresario en caso de accidente laboral, permitir que las mutuas y los médicos de empresa den las altas y suprimir la obligación del empresario de pagar las prestaciones de baja por enfermedad. También quieren recuperar el contrato específico para jóvenes vinculado a la inserción y la formación.

ENOJADA RÉPLICA

Un día después Toxo y Álvarez replicaban, también por escrito, visiblemente enojados, que con su actitud da la sensación de que la patronal está «mareando la perdiz con la intención de no llegar a ninguna parte». Los líderes de las organizaciones sindicales consideran que el temario es un «rancio programa máximo empresarial», de «marcado tono antisindical», que pretende incrementar el «poder discrecional» del empresario mejorando la competitividad de las empresas «a costa de una mayor desregulación». Antes de que se produzca una ruptura, los líderes sindicales piden una reunión de la comisión de seguimiento del acuerdo de convenios, cuya vigencia acaba este año.