El Juzgado de Primera Instancia número 4 de Zaragoza ha emitido una sentencia que condena a Lloyds Bank a indemnizar a un matrimonio de Zaragoza por la comercialización de participaciones preferentes "por defecto de información", gracias a la cual los afectados recuperarán 22.000 euros y sus intereses desde el año 2008.

La sentencia manifiesta que la entidad comercializadora "no actuó de forma diligente con sus clientes, a quienes ofreció un producto sin información clara y precisa sobre las características y riesgos del mismo", según explicó ayer el delegado de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc) en Zaragoza, Alberto Cardona. La condena contra Lloyds Bank trae causa de la colocación, con fecha del 18 de junio del 2007, de un paquete de participaciones preferentes de Royal Bank of Scotland, y en fecha del 20 de julio del 2007 de preferentes de Landsbanki Islands, productos que en ninguna medida se ajustan al perfil inversor de los contratantes.

Los Servicios Jurídicos de Ausbanc continúan presentando demandas y ya son más de 30 las sentencias favorables para los consumidores "engañados". La asociación insiste en que la demanda civil individual "es la solución más operativa para que los clientes recuperen su dinero", ya que estos asuntos, como lo que se analiza es el error en el consentimiento de una persona que firma un contrato sin conocer su trascendencia, han de verse de forma individual.

El Banco de España define las participaciones preferentes como instrumentos financieros emitidos por cualquier tipo de sociedad que no otorgan derechos políticos al inversor; carecen de vencimiento; en caso de concurso de acreedores, sus tenedores son los últimos inversores en cobrar, sólo por delante de los accionistas; y la retribución pactada como pago de intereses se condiciona a la obtención de beneficios por parte del emisor.

Además, en caso de quiebra de la entidad financiera emisora, no están garantizadas por el Fondo de Garantía de Depósitos, ya que no se consideran "depósitos en dinero y en valores u otros instrumentos financieros constituidos en las entidades de crédito".

Ausbanc argumenta que, a raíz de los cambios fiscales que se produjeron en el 2003, se abrió la comercialización de este tipo de productos a los pequeños inversores. Las necesidades de capital de las entidades tras la crisis de Lehman Brothers en el 2008 hizo que muchas entidades se viesen en la necesidad de ampliar capital y se lanzaron a la comercialización masiva de preferentes entre minoristas. Estas aprovecharon la confianza de los clientes en sus entidades financieras de toda la vida para venderles los productos como un ahorro con atractivos intereses, sin alertarles de la posibilidad de perder todos sus ahorros.