Aunque la recuperación económica se ha acelerado y afianzado en los últimos 12 meses y el riesgo deflacionista ha desaparecido de la zona euro, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, insistió ayer en que por ahora es necesario mantener «un grado muy sustancial» de estímulos monetarios en la Eurozona porque la recuperación todavía debe trasladarse con mayor convicción a la dinámica de la inflación, sobre la que persisten incertidumbres a medio plazo.

«Necesitamos ser pacientes y persistentes. Un ajuste al alza de la inflación nominal que sea duradero y sostenido por sí mismo requiere de una mayor absorción de la desaceleración económica. Esto, a su vez, requiere de un amplio grado de política monetaria acomodaticia», dijo en su comparecencia mensual ante la Comisión de Asuntos Económicos.

Draghi no dio pistas sobre cual es el nivel adecuado de estímulos ni si el resultado de las elecciones alemanas de este pasado domingo puede tener algún impacto en el programa, que lanzaron en 2015 y que inyecta 60.000 millones mensuales en el sistema, pero sí ha dejado claro que todavía no ha llegado el momento de retirarlo. «Si retiramos los estímulos monetarios la inflación volverá donde estaba», advirtió con rotundidad.

La decisión se tomará en otoño, previsiblemente en el consejo de gobierno del 26 de octubre. «Decidiremos más adelante sobre la recalibración de los instrumentos que mantienen el grado de apoyo monetario que la economía de la zona euro todavía necesita para completar su transición hacia una trayectoria de crecimiento equilibrada», añadió el dirigente italiano sobre la próxima cita clave del BCE.

PETRÓLEO

Según sus previsiones, la inflación caerá en esta última parte del año y en el 2018 debido a los efectos de los precios del petróleo pero se espera que gradualmente vuelva a repuntar hasta alcanzar el 1,5% en el 2019. «En general, cada vez estamos más convencidos de que la inflación acabará llegando a niveles acordes a nuestro objetivo pero también sabemos que un grado sustancial de acomodación monetaria es necesaria para que la senda alcista se materialice», puntualizó.

El presidente del BCE hizo especial hincapié en la evolución económica positiva de la eurozona, con una recuperación que se ha acelerado y afianzado apoyada, dijo, por su política monetaria. «El crecimiento del PIB real ha sido mejor del esperado en la primera mitad de 2017, alcanzando el 2,3% interanual en el segundo trimestre» y la economía de la eurozona «se ha beneficiado de 17 trimestres consecutivos de crecimiento y los indicadores apuntan que por el momento seguirá ese año», indicó.