En la música clásica, originalmente se utilizaba un bastón para marcar el compás. Era incómodo y hasta peligroso: el francés Jean-Baptiste Lully murió por una herida infectada que se hizo en el pie al golpearse mientras dirigía. A veces, era el primer violín quien dejaba de tocar y se servía de su arco para dar instrucciones a sus compañeros. De ahí surgió la batuta, que, por cierto, es fundamental coger de una forma muy concreta, sin emplear mucha fuerza pero tampoco con mucha soltura. Los dueños de la batuta en los mercados en las últimas --o siempre, según se mire-- son los bancos centrales. Las bolsas europeas viven un comienzo de año pletórico gracias a las compras de deuda del BCE, más que a la recuperación económica y los resultados empresariales (todavía en fase de mejoría).

A este impulso habitual se sumaron en la sesión de ayer dos nuevos factores, también protagonizados por los dueños de la batuta. Al cierre de la sesión del viernes, la presidenta de la Reserva Federal dio a entender otra vez que iniciará la fase de subida de tipos en Estados Unidos este año, pero puntualizó que será gradual. Y el domingo, el Banco de China aseguró que está dispuesto a tomar más medidas extraordinarias para animar la economía del país. Así, el Ibex 35 subió ayer el 0,98%, hasta los 11.529,1 puntos (cerca de máximos en cinco años), con la prima de riesgo y el euro a la baja, hasta los 109 puntos básicos y los 1,08 dólares, respectivamente.