Las autoridades estadounidenses anunciaron ayer el cierre de la investigación del sistema Autopilot de los vehículos de Tesla tras no encontrar ningún defecto en el sistema de conducción semiautónoma del fabricante de automóviles eléctricos de lujo. La Administración Nacional para la Seguridad en la Carretera (NHTSA) inició la investigación tras un accidente ocurrido en mayo del 2016 en el que murió el propietario de un Tesla Model S.

El accidente se produjo cuando el Tesla de Joshua Brown, de 40 años, se estrelló contra un camión en una carretera de Florida. En el momento del accidente, Brown estaba utilizando el sistema Autopilot, con el que están equipados los vehículos de Tesla, y que permite la conducción semiautónoma.

Según señaló la NHTSA en su informe final, el sistema de frenado automático de emergencia (AEB) del Tesla de Brown no se activó y el conductor «no frenó, maniobró o tomó ninguna otra medida para evitar la colisión». El informe añadió que la investigación «no identificó ningún defecto en el diseño o el rendimiento del AEB o Autopilot». La NHTSA destacó que el «sistema requiere la atención continua y total del piloto».