Los trabajadores de Lear, empresa dedicada a la fabricación de asientos para General Motors ubicada en Épila, apoyaron ayer mayoritariamente el preacuerdo alcanzado entre el comité y la dirección sobre las condiciones para el despido de 78 empleados de los 331 que tiene la compañía.

Tras una interminable negociación en el Servicio de Mediación y Arbitraje (SAMA) --cuatro reuniones y un total de 45 horas de conversaciones-- los representantes sindicales alcanzaron un principio de acuerdo y convocaron una asamblea. Antes, eso sí, se escenificó igualmente el acto de protesta que había sido convocado previamente en la plaza de España de la capital aragonesa. En la asamblea, 194 empleados dieron el visto bueno al acuerdo de los 219 que votaron, 23 lo rechazaron y dos votaron en blanco, según informó el presidente del comité Isidro Agustín.

MÍNIMO DE 30.000 EUROS El acuerdo recoge que los 78 trabajadores que deben ser despedidos serán indemnizados con 55 días por año trabajado más 4.500 euros, con un tope de 42 mensualidades, y que el mínimo que percibirán será de 30.000 euros, además de que los empleados podrán acogerse al expediente de extinción de forma voluntaria, hasta el 23 de noviembre.

Agustín precisó que se mantendrá la bolsa de trabajo, de forma que si repunta la actividad los primeros contratados serán quienes ya han pasado por la empresa. Además, en el caso de que la empresa tuviera que hacer una nueva reestructuración de plantilla si no consigue el suministro de los asientos del nuevo Corsa, también ha quedado pactado empezar a negociar indemnizaciones a partir de 49 días más 1.000 euros, según Agustín.

El presidente del comité consideró que se trataba de "buen acuerdo", aunque "dentro de la tristeza" que produce la salida de 78 trabajadores y manifestó su esperanza en que el año próximo o en el año 2012 la actividad aumente y "puedan regresar". El acuerdo pone fin a la huelga iniciada por los trabajadores por su desacuerdo con el expediente de extinción de empleo, que tendrá que aprobar ahora la Dirección General de Trabajo.

Otra plantilla que también celebró ayer asamblea es la de la planta de Saint-Gobain en La Almunia. La empresa, dedicada a la fabricación de placas de cristal de control solar, ha decidido cerrar la instalación y trasladarla a Avilés, lo que ha supuesto un duro mazazo para la localidad zaragozana y su su entorno.

Serán 59 las personas que se vayan a la calle en abril, cuando está previsto que acabe la producción, y de momento rechazan, así lo hicieron en la asamblea de ayer, la propuesta de la dirección: 30 días por año trabajado más variables). La plantilla no quiere que la indemnización esté sujeta a ninguna variable.

FALAGUERA Y PIPELIFE Por su parte, en Calatayud, unas 500 personas acudieron a la manifestación en la que, bajo el lema Aquí cabemos todos los trabajadores de Conservas Falaguera reivindicaron su traslado a las naves de Dana Automoción, en el polígono industrial de La Charluca, para garantizar la actividad de la empresa en la localidad y su proyección de futuro.

Los trabajadores apoyan a la dirección de la empresa en su intención de adquirir las naves de Dana, ya que consideran que es vital para la firma abandonar el casco urbano, pero la aparición de otro posible comprador, Tratamientos Superficiales e Inyección Aplicada (Tsia), ha sembrado de incertidumbre la operación.

Otra plantilla que vive horas de angustia, la de Pipelife Hispania, dedicada a la fabricación de tuberías plásticas y ubicada en el polígono zaragozano de Malpica, tiene previsto concentrarse esta tarde, a partir de las seis, en la plaza de España de Zaragoza. La dirección anunció a principios de octubre el cese de la actividad industrial y el despido de 104 trabajadores alegando "inviabilidad económica" por "la caída del mercado".