Las empresas no financieras triplicaron su beneficio en el 2016 gracias al dinamismo de la actividad económica y al comportamiento favorable de los ingresos y los gastos financieros, con la ayuda de la congelación de los gastos de personal, según los datos de la encuesta de la Central de Balances Trimestral que elabora el Banco de España.

La encuesta trimestral del Banco de España se realiza sobre una muestra de 914 empresas representativas del 13,3% del valor añadido bruto del total de las sociedades no financieras. Los datos revelan que el resultado ordinario neto mantuvo «un ritmo de crecimiento elevado, del 23,8%», fundamentado en el comportamiento expansivo de la actividad económica y en la favorable evolución de los ingresos financieros (por los mayores dividendos percibidos) y de los gastos de esta misma naturaleza (por los bajos tipos de interés).

«Todo ello llevó a que el resultado final se triplicara en comparación con el ejercicio precedente», concluye el Banco de España en su informe. La mayoría de los sectores y empresas mostraron una evolución positiva en su actividad productiva y un incremento del empleo durante el 2016. El valor añadido bruto (VAB) mejoró sobre todo en comercio y hostelería (8,5%) y en la industria (5,3%) -por encima de la media del 4,1%-, mientras que en el sector de energía el VAB solo subió el 0,7%.

El informe del organismo supervisor subraya otros aspectos como la mejora de la rentabilidad ordinaria de las empresas (del 6,1% sobre los activos), la reducción de su endeudamiento y el creciente peso relativo de las ventas al resto del mundo (22,5%) frente a las producidas en el interior, junto a la contención en los gastos de personal.

Este capítulo aumentó en el 2016 el 1% como consecuencia «de la positiva evolución del empleo (1,1%), en un contexto en el que las remuneraciones medias prácticamente se estancaron (-0,1%)». Por el lado del empleo, el porcentaje de empresas que aumentaron sus plantillas se situó en el 44,1% (frente al 5,3% registrado un año antes), cifra que volvió a ser superior, por segundo año consecutivo, al de las que destruyeron empleo (39,9%).

Los gastos financieros, por su parte, disminuyeron el 9,4%, como consecuencia, fundamentalmente, de los menores costes medios de financiación.