El consejo de administración de Freixenet aprobó el pasado lunes nombrar al actual vicepresidente y director financiero, Enrique Hevia, presidente de la comisión directiva ejecutiva que la multinacional catalana creó en diciembre del año pasado para asumir su dirección y repartir el poder entre las ramas familiares accionistas. Hevia pertenece a la rama familiar que defendía la venta de la compañía.

El nombramiento se produce también como consecuencia de que las familias accionistas, los Bonet, los Ferrer y los Hevia, decidieron relevar en diciembre a Pedro Ferrer Noguer como consejero delegado de la compañía. Con el objetivo de que en esta comisión directiva estén representadas las tres ramas familiares propietarias de la firma, también son miembros de la misma Pedro Ferrer y Eudald Bonet.

Según han explicado fuentes de Freixenet, Ferrer se encargará del ámbito de producción, Bonet de las responsabilidades de auditoría y el actual director de Comunicación, Pedro Bonet, también se ocupará del área de Comercial y Marketing.

Las mismas fuentes aseguran que el poder "está compartido" entres las tres ramas familiares, aunque Hevia será quien se ocupe de la parte corporativa. Josep Lluís Bonet sigue como presidente del grupo.

MÁS PESO

Además, el consejo también aprobó el nombramiento de Diego Jiménez Hevia, sobrino de Enrique Hevia, como coordinador de la comisión directiva, con lo que esta rama familiar gana peso.

Actualmente, la familia Ferrer ostenta un 42% del capital, la familia Bonet un 29% dividido entre los cuatro hermanos a partes iguales --Josep Lluís (actual presidente), Pere, Pilar y Eudald, y los Ferrer Hevia el otro 29% restante.

Estos cambios organizativos en la multinacional catalana se producen al mismo tiempo en que la oferta del gigante alemán Henkell está pendiente de que se realice una auditoría de las cuentas y los activos de la empresa. Fuentes deel grupo aseguran que la operación, que permitiría al grupo alemán hacerse con el control, "está parada 'sine die'".