Monitorizar las piaras mediante drones, delimitar el terreno de una explotación con sistemas de realidad virtual o utilizar el internet de las cosas para controlar de forma individualizada al animal son solo algunos de los ejemplos de una transformación digital que ya ha llegado al sector del porcino para quedarse. En una era en la que la digitalización ya no es una opción en el mundo empresarial, las explotaciones tendrán que adaptarse para convertirse en granjas inteligentes.

Ayer, más de 200 empresarios y veterinarios del sector se reunieron en Zaragoza para analizar las últimas tendencias en materia de innovación en el marco de la 18ª edición del Foro Porcino organizado por Zoetis.

En el congreso, la experta en transformación digital, Silvia Leal; el profesor emérito del departamento de Ingeniería de la Salud Animal y Humana de la Universidad de KU Leuven, Daniel Berckmans; el director veterinario de la Agencia de Seguridad Alimentaria del Reino Unido, Javier Domínguez; el profesor del departamento de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza, Juan Grandía; y la directora general del grupo valenciano Sanchiz, Leticia Sanchiz, pusieron sobre la mesa los retos y oportunidades que la digitalización ofrece al sector porcino.

«Todo esto no constituyen tecnologías nuevas, sino que son ahora cuando se están democratizando», explicó Leal, que consideró que actualmente son «asequibles y accesibles» para los productores. Sin embargo, alertó de que «hay que ser inteligentes a la hora de invertir» y «buscar socios tecnológicos» para acometer esta transformación para la que fijó el horizonte en el «2020».

Domínguez animó a los ganaderos aragoneses a ser el motor del cambio de la ganadería española. Así, marcó como beneficios de la transformación digital el «abaratamiento de costes» y «la mejora de la gestión y la productividad».

En este sentido se expresó Sanchiz, que explicó a los asistentes cómo ha conseguido que las tres explotaciones de su firma sean «más eficientes». Destacó la importancia de poseer un «sistema más mecanizado» y de incluir las energías renovables en las granjas porcinas. «Como resultado hemos conseguido un ahorro considerable de los costes energéticos, ya que en la actualidad nos autoabastecemos completamente de energía eléctrica y térmica, mediante el empleo de energías renovables». El 30% de esta energía se destina al autoconsumo y el 70% restante lo venden a la red eléctrica. Además, con su política de biodigestión de los purines por cogeneración consiguen «contribuir al freno del calentamiento global».

Aragón es la segunda comunidad autónoma productora y exportadora de porcino tras Cataluña, con más de 5,5 millones de cerdos de cebo.