El nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que aplicará próximamente Ibercaja para unos 250 trabajadores supondrá el cierre de alrededor de 80 oficinas en toda España, según desvelaron ayer fuentes sindicales tras reunirse con representantes de la entidad financiera. Los principales afectados de estas bajas indemnizadas serán los mayores de 58 años que hay en la actual plantilla, si bien los sindicatos temen que la cifra final de salidas aumente por los efectos colaterales de las clausuras de sucursales. En este sentido, apuntan a la movilidad geográfica como "el gran problema" de este ajuste laboral, ya que hay un máximo de 90 empleados que podrían verse afectados por traslados forzosos para cubrir las vacantes de los que abandonen voluntariamente el banco aragonés, y que podrían traducirse en despidos.

Quienes se acojan a las bajas incentivadas tendrán las mismas condiciones de los anteriores ERE (una indemnización del 80% del salario neto más una paga lineal). Se trata del tercer expediente de regulación que negocia la entidad aragonesa --los anteriores se aplicaron en el 2013 y 2014 y han supuesto la salida de cerca de 500 empleados mayores de 59 años-- y solo incluirá a la antigua plantilla de Ibercaja, puesto que no hay trabajadores de Caja3 con una edad superior a los 58 años. Con este tercer ajuste, la plantilla de Ibercaja --anterior a la fusión con Caja3-- se habrá reducido en cerca de 800 personas, como estaba previsto.

El sindicato UGT lamentó ayer la "falta de voluntad negociadora por parte de la empresa" en esta fase de contactos iniciales recogida por ley --de 15 días de duración--, ya que "no ha aportado la documentación necesaria, sobre todo del plan de cierres, ni ha definido aspectos importantes del ERE".

Los sindicatos y la entidad financiera volverán a reunirse el día 13 y será el lunes 16 cuando comience el periodo de consultas de 30 días para negociar los detalles concretos del ERE.