El gasto público español equivalió en el 2006 al 38,6% del producto interior bruto (PIB) nacional, lo que sitúa a España a la cola del resto de países de la Unión Europea, tan solo por encima de cinco nuevos miembros e Irlanda, según datos publicados ayer por la oficina estadística comunitaria, Eurostat.

La media de los Veintisiete en gasto público se fijó en el 46,8% del PIB, tras registrar un descenso gradual los últimos años, desde el máximo alcanzado en 2003, del 47,5%. Los países donde el sector público gasta más son Suecia (56% del PIB), Francia (53%), Hungría y Dinamarca (52%) e Italia (50%). En el extremo contrario, por debajo de España, se sitúan Eslovaquia (37,7% del PIB), Letonia (37,2%), Bulgaria (37,1%), Rumanía (35%), Irlanda (34,2%), Lituania (34%) y Estonia (33%).

En cuanto a los ingresos, según Eurostat, la recaudación del sector público en la UE equivalía en 2006 al 45,2% del PIB, un porcentaje que en España bajaba al 40,4%, que en este ámbito supera a diez Estados miembros, nueve nuevos socios y Luxemburgo. Los países con ingresos públicos más importantes son Suecia (58% del PIB), Dinamarca (56%) y Finlandia (53%). Y las arcas públicas que menos recaudan son las de Rumanía y Lituania (33% del PIB) y Eslovaquia (34%).

En cifras por habitante, el gasto público en España suma 8.585 euros, frente a los 10.992 de la UE. Sin embargo, es superior al de los 12 países que se han unido en los últimos años a la UE, así como a Grecia y Portugal. Los Estados miembros con mayor gasto público por habitante son Luxemburgo (con 27.927 euros), Dinamarca (20.870 euros) y Suecia (18.725 euros). El principal capítulo del gasto público es el social, que en España es el 36,6% del gasto total y en la UE el 41,9%.