El as que se sacaron de la manga varios países europeos en la noche del jueves tuvo ayer un efecto balsámico en los mercados. Tanto fue así que los líderes europeos aparcaron por un día la guerra fraticida en que están inmersos a cuenta del futuro del euro y se pusieron en fila para proclamar su voluntad de frenar en seco a los inversores. Las bolsas respondieron con grandes subidas, pero los analistas advirtieron de que queda mucha partida por jugar. Eso sí, la decisión de España, Francia, Italia y Bélgica de prohibir las apuestas bajistas mediante operaciones en corto sobre las entidades financieras durante 15 días ampliables fue un éxito en su primera jornada de vigencia.

Esta práctica tiene varias variantes, pero la más común es alquilar unas acciones y venderlas con la expectativa de que los títulos bajarán, de manera que al recomprarlos se obtiene un beneficio. Cuando cientos de estas operaciones coinciden, pueden hundir con facilidad un valor, que es lo que ha pasado en los últimos días con muchos bancos del continente. Sin ir más lejos, entre el 3% y el 6% del capital de los bancos medianos españoles estaba empeñado en operaciones bajistas al cierre de julio.

PROHIBICIÓN / El Ministerio de Finanzas alemán mostró su apoyo a la iniciativa de sus socios y reiteró su apuesta por prohibir las posiciones cortas al descubierto en toda Europa. Se trata de una variante en la que, aunque suene difícil de creer, el especulador vende y compra los activos sin llegar a tenerlos realmente. En España, está operativa está prohibida para las acciones, pero no para los bonos, mientras que Alemania la vetó en el 2010 para la deuda pública y sus principales bancos. Precisamente, la Comisión Europea promueve desde hace más de un año una directiva para prohibir las posiciones cortas al descubierto en toda la Unión.

La portavoz comunitaria de Mercado Interior, Chantal Hughes, instó a los gobiernos, las autoridades bursátiles y al Parlamento Europeo a llegar un acuerdo en otoño. El Ejecutivo europeo pretende dotar de más poderes a los supervisores de mercado y al supervisor europeo (ESMA), endurecer las sanciones y ampliar el abanico de activos financieros afectados por la norma. Las medidas y posicionamientos contra la especulación espolearon a los bancos europeos.

El Ibex 35, que por la mañana llegó a perder más del 2%, cerró en 8.647,3 puntos, con un alza del 4,48%, la segunda mayor del año tras la del 12 de enero. ADVERTENCIAS / La iniciativa contra la especulación, con todo, no gustó a todos. Reino Unido, Holanda y Austria la consideraron ineficaz e inoportuna. Y muchos agentes del mercado recordaron que las posiciones cortas sirven para generar liquidez y ayudan a ajustar los precios de los activos. Un operador recordaba que Inglaterra las prohibió tras la quiebra de Lehman Brothers y que, una vez retirado el veto, los bancos cayeron más del 40%. «Tendrá un efecto positivo durante unos días, pero es una solución temporal que no resuelve el problema de fondo», apunta Covadonga Fernández, analista de Self Bank.

«Además, ha dado la impresión de que las autoridades improvisaban la medida, y eso no favorece que el mercado se estabilice», añade. Ciertamente, la jornada fue bien, pero podría haber ido mal habida cuenta de algunas noticias inquietantes que se conocieron. Se supo, así, que Francia se estancó en el segundo trimestre, cuando se esperaba que creciera el 0,3% intertrimestral (el regulador bursátil del país abrirá una investigación para esclarecer los rumores que hicieron desplomar las acciones Société Général), y que Japón crecerá el 0,5% en el año, un punto menos de lo previsto.

Además, la producción industrial de la eurozona cayó el 0,7%, cuando se esperaba que permaneciera plana. Y la economía griega se desplomó el 6,9% en el segundo trimestre, frente al -5,1% pronosticado. Indicadores todos de que la recuperación económica está debilitándose. Por si fuera poco, la prensa alemana aireó que la cancillera Angela Merkel podría no tener apoyos parlamentarios suficientes para aprobar la creación del nuevo fondo europeo de rescate, que debe sustituir al BCE en la compra de deuda para reducir las primas de riesgo.

Con todo, las buenas expectativas ante la reunión del martes del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y Merkel -Francia ha dicho que abordarán una «modernización profunda» de la eurozona- y la buena evolución de Wall Street (subió el 1,13%) disiparon los miedos. Las compras del BCE, además, rebajaron la presión sobre la deuda española: la prima bajó a los 266 puntos básicos, y la italiana, hasta a los 268 puntos.