La locomotora de la exportación sigue tirando de la economía española con fuerza. En el primer semestre del año, las ventas al exterior de las empresas españolas crecieron el 10% respecto al mismo periodo del 2016, anotando así el mayor crecimiento semestral en siete años, desde el 2011. Y eso a pesar de que el sector del automóvil (el segundo en importancia en la exportación, por detrás de bienes de equipo) sufrió un pinchazo en las ventas al exterior en junio, con una caída del 3,6% respecto al mismo mes del 2016.

Según los datos publicados por el Ministerio de Economía, el volumen total de exportaciones volvió a marcar un nuevo récord con cifras de 140.875,5 millones en el semestre. Las importaciones, por su parte, anotaron un aumento semestral del 11,8% y una cifra acumulada de 151.963,9 millones en los seis primeros meses del año, impulsadas por el encarecimiento de los productos energéticos. Así, el déficit de la balanza comercial se situó en el 11.088 millones, una cifra que es el 40,7% superior a la del primer semestre del año anterior (ver gráfico).

LA ENERGÍA, PROTAGONISTA

El encarecimiento de los precios de la energía explica una parte importante de los datos del comercio exterior del primer semestre. Las ventas al exterior de derivados del petróleo, gas, carbón y electricidad subieron el 65%. Por su parte, las compras energéticas al exterior de estos mismo productos subieron el 51,7%, pero lo hicieron sobre una cantidad muy superior (la importación de productos energéticos ascendió a 20.615 millones en el primer semestre, más del doble que las ventas al exterior, de 9.264 millones), por lo que el saldo energético empeoró.

Sin embargo, si se elimina el intercambio de productos energéticos, el comercio exterior español en lugar de anotar déficit anotó un superávit de 262,2 millones, muy por encima de los 99,4 millones del mismo periodo del año anterior, según Economía.