Todas las partes saben que no va a ser fácil, pero, al menos, lo van a seguir intentando. La dirección y el comité de Opel España volvieron a sentarse ayer en la mesa de negociación del convenio colectivo después de que la mediación de la DGA consiguiera el jueves desbloquear la situación. Al cierre de esta edición, las partes seguían negociando tras más de once horas de reunión, lo que demuestra la «total voluntad» por alcanzar un acuerdo. Más si cabe teniendo en cuenta que solo quedan tres días para acercar posturas, ya que PSA ha puesto como fecha límite el 29 de enero.

Poco se supo ayer del resultado de la maratoniana reunión, ya que los representantes sindicales optaron por no hacer ninguna valoración al respecto. No hay que olvidar que las secciones sindicales celebrarán hoy por la mañana asambleas para informar a sus afiliados.

La tensión es máxima en la planta. Si las partes no consiguen acercar posturas en estos tres días, el grupo francés volverá a poner encima de la mesa la amenaza de llevarse el Corsa de Figueruelas a partir del 2019 (lo que reduciría a la mitad la producción de la factoría aragonesa) y de paralizar futuras inversiones. En estos últimos días, la dirección ha insistido en que para poder optar a la próxima generación del Corsa, la factoría aragonesa deberá rebajar sus costes laborales e igualarlos a los de la planta de PSA en Vigo.

Los sindicatos, por su parte, no están dispuestos a aceptar sacrificios sin saber qué planes de futuro tiene PSA para Figueruelas. En este sentido, reclaman que el grupo francés llene de producción las dos líneas. Además, piden la vuelta del contrato de relevo, la recontratación de 170 temporales, un plan de rejuvenecimiento y la inclusión de 400 empleados al convenio.

La dirección, al menos, accedió el jueves por la tarde a negociar esos cinco puntos, lo que permitió romper el bloqueo.

A CONTRARRELOJ

Sea como sea, lo cierto es que la empresa que tienen por delante la dirección y el comité es harto complicada. Los representantes sindicales llegaron a la reunión celebrada ayer por la mañana en la planta con «total voluntad de llegar a un acuerdo», aunque sabían que el plazo fijado para lograrlo lo hace «sumamente complicado».

Y es que las posturas en estas últimas semanas han estado muy alejadas debido al fuerte ahorro de costes que exige PSA. Cuando compró Opel en agosto, el grupo francés tenía muy claro que no estaba dispuesto a que hubiera más pérdidas en la marca alemana tras 16 años en números rojos. Para ello, eso sí, serían necesario los sacrificios. También en Figueruelas. PSA trasladó a la dirección de Opel España que tendría que equiparar sus condiciones laborales y de jornada a las que PSA ya aplica en su planta de Vigo. La diferencia en términos generales (salarios, productividad...) entre ambas fábricas es del 17%. De hecho, PSA exige reducir el coste por vehículo en Figueruelas en 700 euros.

Para alcanzar ese ahorro de costes, la dirección ha planteado en la negociación del nuevo convenio colectivo tres años de congelación salarial (hasta el 2020 incluido) y dos con subidas del 50% del IPC real. También propone reducir las pausas de descanso para igualarlas a las de Vigo y recortes en los pluses. Además, la dirección de Opel España comunicó a finales de diciembre la suspensión del contrato relevo a partir de este enero y la no renovación de 170 eventuales, lo que supondría dejar de contratar a más de 550 personas.

La mayoría del comité se ha mostrado dispuesta a aceptar la contención salarial, pero no quieren ni oír hablar de recortar las pausas y los pluses. Más allá de que la eliminación del contrato de relevo es una línea roja para ellos.

EXPERIENCIA NEGOCIADORA

Así las cosas, todo parece indicar que la dirección y el comité de Opel tienen un intenso fin de semana por delante. El reto es grande, pero si algo ha caracterizado a los directivos y representantes sindicales de la factoría es su capacidad para llegar a acuerdos. Ya lo demostraron en las duras negociaciones que vivieron para optar al Meriva y al Mokka en el 2006 y el 2013.

En riesgo hay miles de empleos. No solo los de la fábrica de Opel, también los de la industria auxiliar. De hecho, el sector estima que está en juego el futuro de unos 5.000 trabajadores (en torno al 20% de los 25.000 empleos que genera la automoción en la comunidad).