Desde el pasado 15 de junio, los usuarios de telefonía móvil en la Unión Europea pueden llamar y navegar por internet sin coste adicional alguno para su bolsillo. Un cambio en la reglamentación europea cuyas consecuencias ya han empezado a hacerse visibles. Según la Comisión Europea, algunas operadoras de telefonía movil constatan que el tráfico de datos se ha multiplicado entre tres y seis veces este verano (respecto al 2016) y buena parte de ese aumento se debe precisamente al fin del roaming, al menos entre quienes son conscientes de la nueva situación porque el 60% de los europeos que viajan a otro país de la Unión Europea siguen limitando el uso del móvil.

Según los operadores, en apenas tres meses se ha producido un cambio en el comportamiento de los viajeros. Utilizan más los datos cuando se desplazan y aunque una parte de este incremento se debe al crecimiento anual en el consumo de datos de los mercados nacionales, «una parte importante es imputable a las nuevas reglas de la itinerancia», sostiene la Comisión coincidiendo con la publicación de un nuevo Eurobarómetro sobre el fin del roaming. Las empresas también constatan un aumento de las llamadas en roaming aunque menos marcado.

Aunque la Comisión Europea no dispone todavía de datos concretos ni ha avanzado qué operadoras han registrado este repunte en el tráfico de datos hay compañías de Bélgica, Holanda, Eslovenia o los países bálticos que han informado públicamente de este cambio de tendencia. Es el caso de las belgas Proximus o Scarlet. De momento, en Bruselas no disponen de «una fotografía completa» pero esperan que el regulador europeo presente para finales de año su evaluación.

INVERSIÓN EN ÁREAS TURÍSTICAS

En líneas generales, la sensación en el Ejecutivo comunitario es que los operadores móviles están respetando las reglas y cooperan con las autoridades nacionales aunque la Comisión Europea asegura que seguirá vigilando de cerca la evolución del mercado de la telefonía. Las empresas de telecomunicaciones, especialmente las que operan en regiones turísticas, también están realizando, según Bruselas, «inversiones importantes» en la red para responder al aumento de la demanda de los viajeros. «Es lo que está pasando en España», explicó la comisaria de economía digital, Mariya Gabriel.

El balance sobre como están funcionando las nuevas reglas es, de momento, también positivo. «Hemos constatado que cuando se desplazan en la UE los ciudadanos están contentos de poder utilizar su teléfono como en su país sin temor a recibir una factura astronómica y los operadores invierten en las redes para poder responder a la creciente demanda», sostiene el vicepresidente y responsable de agenda digital, Andrus Ansip. Los hábitos de desplazamiento, sin embargo, son muy distintos. Entre los ciudadanos que están más habituados a cruzar una frontera, y por tanto más susceptibles de usar el teléfono en el extranjero, están luxemburgueses, eslovenos, austríacos y belgas. En el lado opuesto, los viajeros griegos, búlgaros, rumanos, portugueses y españoles.

El análisis del Ejecutivo comunitario muestra que el 71% de los europeos están al tanto de la supresión de los costes de la itinerancia, el 72% consideran que las reglas les beneficiarán y de entre los que han viajado al extranjero desde el 15 de junio el 86% han recibido información sobre las nuevas reglas. «Es un ejemplo concreto» que «beneficia tanto a consumidores como operadores», puntualiza Gabriel.

El Eurobarómetro confirma que la proporción de viajeros que utilizan datos móviles tanto en casa como en el extranjero se ha duplicado (el 31% frente al 15%) y la proporción de quienes no utilizan jamás los datos móviles cuando viajan a otro país europeo se ha reducido un 50% (21% frente al 42% de hace un año). Aun así, el 60% de los viajeros siguen restringiendo el uso de su móvil cuando se desplazan a otro país. El 11% llega hasta el punto de apagarlo y no utilizarlo durante todo su desplazamiento, el 33% sigue desconectando los datos, el 20% contratando algún plan especial con su operadora y el 6% opta por utilizar una tarjeta del país al que se desplaza.

Según datos de la Comisión Europea, entre 2007 y 2016 los precios en itinerancia se redujeron más de un 90%. En 2015, las tres instituciones europeas acordaron suprimir estas tarifas adicionales.