El Fondo Monetario Internacional (FMI) refuerza la alerta que ya lanzó en octubre sobre las burbujas financieras. Este miércoles, al presentar en el marco de su asamblea de primavera la nueva edición de su Informe de Estabilidad Financiera Global, desde el organismo se ha asegurado que “se han agudizado ligeramente los riesgos a corto plazo” para esa estabilidad. Los de medio plazo, según el documento, “siguen siendo elevados” y están “muy por encima de los valores históricos normales”.

“Las vulnerabilidades financieras, que se acumularon durante años de tasas y volatilidad a niveles sumamente bajos, podrían crear escollos en el futuro y poner en peligro el crecimiento”, advierte el FMI. Y en rueda de prensa en Washington Tobias Adrian, asesor financiero del organismo, ha remarcado que, en el escenario más adverso, “el crecimiento podría ser negativo en tres años”.

Entre las principales “vulnerabilidades” que señala el FMI están las valoraciones disparadas en muchos tipos de activos y desajustes en la liquidez de los bancos, que se combinan con el endeudamiento en mercados emergentes y países de bajos ingresos.

LA VOLATILIDAD

En el empeoramiento respecto a octubre, según el organismo, han jugado dos factores: la volatilidad que estalló en los mercados de renta variable a principios de febrero y la caída de los precios de activos riesgosos registrada a finales de marzo, que señala como “consecuencia de las inquietudes en torno a una escalada más generalizada del proteccionismo”. Y el FMI advierte que aunque en esa caída de las bolsas que se vivió en febrero no se observaron trastornos profundos, “no debería servir de gran consuelo a los participantes en los mercados”. Inversionistas y autoridades deben, según el organismo, “mantenerse atentos a los riesgos vinculados al alza de las tasas de interés y al aumento de la volatilidad”.

Aunque no se usa específicamente el término “burbujas” es de lo que el FMI está alertando. Y en el informe, por ejemplo, se lee que “las valoraciones de activos riesgosos siguen siendo elevadas y en cierta medida se está perfilando una dinámica más propia del cierre de ciclo crediticio. Eso expone a los mercados a una fuerte constricción de las condiciones financieras, capaz de trastocar repentinamente las primas de riesgo y provocar una revalorización de los activos riesgosos”. Se señala también a desajustes de liquidez y al uso del apalancamiento financiero para mejorar la rentabilidad como potenciales amplificadores del impacto si hay movimientos de precios en los activos.

Aunque desde la crisis se ha reforzado el sector bancario el FMI insiste en la necesidad de llevar a buen término las reformas regulatorias que se pusieron en marcha en respuesta a esa crisis. Algunos bancos débiles aún tienen que fortalecer sus balances y hay entidades bancarias con desajustes de liquidez y se advierte de que “una turbulencia repentina en los mercados podría dejar expuestos esos desajustes y cristalizar problemas de financiamiento en dólares”.

LAS CRIPTOMONEDAS

El FMI presta también atención a las criptomonedas. Asegura que “por el momento no parecen plantear riesgos para la estabilidad financiera”, por más que hayan estado “sacudidos por fraudes, problemas de seguridad y fallos operativos” y se hayan asociado a actividades ilícitas, Se avisa, eso sí, de que “podrían presentar mayores riesgos en el futuro”, especialmente “si su uso se generaliza sin las salvaguardias debidas”.