Los servicios antifraude franceses han dictaminado que el fabricante alemán Opel no contravino la reglamentación en materia de emisiones de gases contaminantes en sus vehículos comercializados en el país, según indicó ayer el Ministerio de Economía, del que depende ese organismo. Según este departamento, la investigación sobre las emisiones de gases contaminantes relativa a esta marca del grupo GM se cerró «sin que los elementos reunidos y analizados hayan evidenciado hechos constitutivos de infracción o engaño», señaló en un comunicado.

Esas investigaciones, encargadas a la Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Represión de Fraudes (DGCCRF), se inscriben dentro de un análisis global de los coches comercializados en Francia tras las revelaciones de fraude de Volkswagen en Estados Unidos.

Investigaciones / Con motivo de esa campaña de análisis, la DGCCRF trasmitió a la justicia en febrero del 2016 indicios de fraude en los controles efectuados sobre los vehículos Volkswagen. En noviembre pasado fue el caso de Renault y en febrero pasado de Peugeot Citroën y de Fiat. El Ministerio de Economía señaló que las investigaciones relativas a otros fabricantes siguen en curso.

La comisión que analiza las emisiones contaminantes de los vehículos, creada en el 2015 por la ministra francesa de Ecología, Ségolène Royal, tras el escándalo Volkswagen, realiza análisis para evaluar las emisiones en tráfico real y no en un laboratorio. El grueso de esos análisis se centra en 86 modelos de coches con motor diésel. Una de las conclusiones básicas de esos estudios es algo evidente para todos los usuarios, que los coches consumen más carburante en condición de conducción real que lo que aseguran los fabricantes. Si la desviación entre lo que aseguran las marcas y la conducción real es mucha, con mayor consumo las emisiones pueden dispararse muy por encima de los márgenes aceptables.