El ministro francés de Economía, Arnaud Montebourg, reclamó ayer cambios al Banco Central Europeo (BCE) para bajar el nivel del euro y políticas de inversión a la Comisión Europea para estimular la actividad económica, a cambio de los compromisos de su país de reducción del déficit público. "Asumimos nuestras responsabilidades sobre el déficit. Estamos lanzando reformas", explicó Montebourg en una entrevista publicada por Les Echos.

El ministro galo aseguró que reducir los números rojos de las cuentas públicas al 3% del producto interior bruto (PIB) en el 2015 "es un compromiso de Francia", cuyo gobierno ya anunció el miércoles la congelación de las pensiones, las prestaciones sociales y los sueldos de los funcionarios.

"Pero a cambio, tenemos cosas que pedir a Bruselas", aseveró Montebourg. En primer lugar "que Europa cambie de dirección tanto en política monetaria como en el plan de relanzamiento de las inversiones" porque "es hora de que la Comisión por fin organice, estimule y relance el crecimiento", añadió. Se trataría --argumentó-- de "ayudar a los soldados de infantería nacionales que se esfuerzan en sanear sus cuentas públicas con un apoyo aéreo del BCE" ya que "no podemos, en tanto que Estado miembro asumir decisiones difíciles si no estamos respaldados por cambios importantes en la política monetaria".

El titular de Economía dijo que su Gobierno quiere "una reunión rápida de nuestros socios europeos para hablar de este tema. Hay que bajar el euro". En este sentido, se felicitó de las declaraciones del pasado fin de semana del presidente del BCE, Mario Draghi, sobre la posibilidad de recurrir a medidas no convencionales para disminuir el nivel de la moneda única, que se ha revalorizado en los últimos meses frente a buena parte de las otras divisas. "Esperamos una decisión para comienzos de mayo, en la próxima reunión del BCE", afirmó Montebourg. "La política no convencional es la solución a nuestros problemas. Es lo que hacen Obama y Cameron" en EEUU y el Reino Unido.

CRÍTICAS Asimismo, el ministro criticó la estrategia actual del BCE teniendo en cuenta que "no respeta su mandato, según el cual la inflación debe estar cerca del 3% puesto que todo el mundo se inquieta del riesgo de espiral deflacionista".