Optimismo con muchos matices fue lo que desprendieron ayer las declaraciones de los representantes de los trabajadores y empresarios aragoneses, que participaron en una mesa redonda sobre las perspectivas socioeconómicas para el 2018.

El secretario general de UGT Aragón, Daniel Alastuey; su homólogo en CCOO Aragón, Manuel Pina; el presidente de CEOE Aragón, Fernando Callizo, y el secretario general de Cepyme Aragón, Carmelo Pérez, dieron su visión sobre el futuro de la comunidad después de la presentación del informe anual del Consejo Económico y Social de Aragón (CESA) en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza.

La economía aragonesa crece pero a un ritmo menor que la media española. Por ello, los representantes sindicales y la patronal pusieron sobre la mesa las causas de esta circunstancia y adelantaron las previsiones para el próximo año.

Carmelo Pérez señaló a las pymes «como núcleo del tejido empresarial aragonés», ya que, puntualizó, «siete de cada diez empleos son generados por las pequeñas y medianas empresas». No obstante, recordó que en el 2016 «se pactaron en el SAMA alrededor de 6.000 despidos», prueba de que «hay muchas pequeñas empresas que todavía están sufriendo» la crisis. Por ello, dijo echar «en falta un esfuerzo mayor por parte de la administración pública», pidió «una reforma fiscal que elimine parámetros obsoletos» y señaló la incorporación de la digitalización como «clave de futuro».

Fernando Callizo aseguró que «la recuperación se ha hecho real» y que la previsión de crecimiento del 2,9% «es una buena noticia», aunque reconoció que «el porcentaje es todavía inferior a niveles de antes de la crisis». «Hay un 4,8% menos de empresas que en el 2008» y «solo en torno al 60% tiene resultados positivos». Sin embargo, Callizo auguró un futuro «positivo desde el realismo de los problemas».

Los representantes sindicales fueron más negativos en sus vaticinios. Manuel Pina lamentó que «la gente sigue diciendo que estamos en crisis a pesar de los datos positivos que desprende el informe». Esto se debe, según subrayó, a una temporalidad que roza «el 50% en los jóvenes aragoneses» y «el 26% en total». Además, criticó «la pérdida del 7% de la capacidad adquisitiva de los trabajadores», algo que va unido a «un crecimiento profundamente desigual e injusto».

DEVALUACIÓN SALARIAL

Daniel Alastuey destacó que la economía aragonesa «se está estacionalizando» y que «la industria no está tirando». De hecho, puntualizó que Aragón «debe recuperar los 14.000 empleos del sector industrial perdidos respecto a fechas anteriores a la crisis». También puso el acento en «la devaluación de salarios» y en el «crecimiento del empleo precario», ya que «apenas el 48% de los asalariados tiene un empleo fijo a jornada completa».

Por su parte, la consejera de Economía del Gobierno de Aragón, Marta Gastón, que clausuró la jornada, mandó «un mensaje de optimismo razonado y razonable».