Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20 defienden un divorcio rápido entre la Unión Europea y Reino Unido. Tras un encuentro de dos días en la ciudad de Chengdu, en el centro de China, concluyeron que el brexit, tema central en las conversaciones, genera unas dudas en la economía mundial que deben resolverse rápida y amistosamente.

"El resultado del referéndum añade incertidumbre a la economía mundial", señalaba la declaración final del encuentro, donde se afirma que las 20 grandes economías globales están "bien posicionadas" para hacer frente a las consecuencias del brexit y desean en el futuro que Londres siga siendo "un socio cercano" de la UE.

Esa misma posición conciliadora transmitió el comisario de Economía y Finanzas de la UE, Pierre Moscovici, quien en rueda de prensa habló de Londres como futuro "socio estratégico" de Bruselas. "El Reino Unido ya no será miembro de la UE pero siempre será un país europeo, y uno de los importantes, tanto económica como políticamente", destacó, a la vez que insistió en la necesidad de que el proceso de salida sea rápido, en sus conversaciones en Chengdu con su homólogo británico Philip Hammond. "Cuanto antes mejor, porque produce incertidumbre que puede también afectar a la economía británica", transmitió Moscovici a Hammond, en su primer encuentro desde que el británico asumiera su cargo en el gabinete de Theresa May.

Moscovici también quiso restar dramatismo al brexit subrayando que sus efectos negativos sobre la macroeconomía europea y británica pueden evitarse si se toman las medidas necesarias.