La Asociación de Estaciones de Servicio de Argón (Aesar) volvió a denunciar ayer el impacto negativo que provoca en su negocio el impuesto especial de hidrocarburos en Aragón, que al término del 2017 cumplirá dos años en vigor. Esta organización denuncia las dificultades que atraviesa el sector como consecuencia de la aplicación del mismo y asegura que hay gasolineras de carretera que han registrado una bajada en las ventas de entre el 20% y el 30%.

El hecho de que las comunidades autónomas colindantes no apliquen este gravamen está provocando, según Aesar, una «evidente fuga de litros y disminución de ventas por el efecto frontera». Así, el consumo de gasóleo en Aragón fue en el año 2016 un 5,2% inferior a la media nacional y en el 2017 un 2,4% menos, con un descenso total de 46,5 millones de litros entre los dos años.

«Los empresarios de las estaciones de servicio aragonesas quieren mantener los puestos de trabajo para ofrecer un mejor servicio al consumidor y garantizar la máxima seguridad en sus instalaciones, pero la situación actual está obligándonos a cerrar turnos y reducir plantillas», alertan desde la patronal de gasolineras, que asegura que los transportistas evitan repostar en Aragón por este recargo en el precio del carburante.

Pilar Soto, presidenta de Aesar, asegura incluso que de seguir esta «preocupante tendencia, será imposible evitar los ERE». «Es necesaria una armonización fiscal del tramo autonómico para que ninguna comunidad autónoma se vea afectada por la fuga de litros a otras con distinta carga fiscal», concluyó.