La economía española alcanzó en el primer trimestre el mayor avance en siete años (el 0,9% en tasa trimestral), de modo que, en comparación con el mismo periodo del 2014 el PIB, logró un avance del 2,7% (frente al 2% anterior). Es el ritmo más intenso desde principios del 2008, en línea con la previsión del 2,9% del Gobierno para el conjunto del año. Los datos, publicados ayer por el INE, confirman el consumo de las familias como principal motor del crecimiento. También reflejan la recuperación de la construcción. La principal novedad en esta ocasión reside en el crecimiento del consumo público que, con un avance trimestral del 1,6% (el 0,1% anual) también contribuye a echar leña a la máquina de la recuperación.

Los analistas vinculan este aumento del consumo público al periodo electoral que se ha abierto en el 2015. También tiene que ver con el hecho de que algunos gastos no se ejecutaron a finales del 2014 y se han agolpado en la primera parte del 2015, según reconoce la propia Intervención General del Estado. Según el Ministerio de Economía, el aumento de la actividad y del empleo en el sector público se ha concentrado en educación y sanidad.

LOCOMOTORA PRIVADA

El gasto privado, que representa casi el 60% del PIB, subió el 0,7% respecto al último trimestre del 2014 y el 3,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior, confirmando así su función de locomotora del crecimiento. El secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, destacó que el repunte del gasto de las familias se vio impulsado por la creación de empleo y la mejora de la renta disponible y pronosticó que el PIB del segundo trimestre será "incluso mejor".

Desde el PSOE, el secretario de Economía socialista, Manuel de la Rocha, subrayó que el consumo privado está impulsado por factores externos tales como el abaratamiento del petróleo y del euro y los menores tipos de interés. En su opinión, este crecimiento no llega a las familias españolas, entre las que aumenta la tasa de pobreza. Los datos del INE también muestran el fuerte avance anual de la inversión empresarial, del 6%, así como el impulso renovado de la destinada a la construcción, con un crecimiento del 4,9%.

En conjunto, la demanda nacional aportó 3 puntos al crecimiento del PIB, mientras que el sector exterior restó 0,3 puntos como consecuencia de un mayor crecimiento de las importaciones (7,4%) que el de las exportaciones (5,7%).

Desde el punto de vista de la oferta, todos los sectores anotaron tasas positivas, lo que no sucedía desde que estalló la crisis. La industria subió el 1,8% trimestral (el 2,7% anual) y la construcción, el 1,4% (5,8% anual).