Pikolín se ha situado a la vanguardia del sector del descanso con sus nuevas instalaciones de Plaza. La que es la mayor y más moderna fábrica de colchones de toda Europa va a permitir a la compañía aragonesa sentar las bases para su crecimiento futuro, una progresión que se veía limitada en la antigua sede de la carretera de Logroño, en Zaragoza. Todo es grande en la nueva planta de Plaza, que cuenta con una superficie cubierta de casi 130.000 metros cuadrados (más de 15 campos de fútbol). La factoría produjo su primer colchón el pasado 9 de enero y sus 640 empleados (incluidos los 130 de oficinas) prevén fabricar cerca de 700.000 en todo el 2017, un ejercicio en el que la facturación del grupo volverá a crecer por sexto año consecutivo gracias sobre todo a su apuesta por el exterior.

Esta evolución -entre 2013 y 2016 pasó de facturar 350 a 430 millones de euros- ha permitido al segundo fabricante europeo del sector dormir más tranquilo tras la dura crisis que asoló al mercado nacional. Así, la empresa familiar aragonesa mira al futuro con optimismo y si el sector sigue creciendo en España, donde antes de la crisis vendía un millón de colchones, no descarta crear más empleo en Zaragoza ya que la actividad es muy intensiva en mano de obra.

La nueva fábrica de Plaza, en la que el grupo ha invertido más de 50 millones de euros, tiene una capacidad de producción máxima de un millón de colchones al año con los actuales dos turnos de trabajo. La antigua planta, a tres turnos, no llegaba a producir ese millón de unidades.

Además de ser una factoría más grande, la inversión en maquinaria también ha permitido elevar la productividad. Por poner un ejemplo, la nueva espumadora, en la que se han invertido 18 millones de euros, permite hacer bloques de espuma de poliuretano de 60 metros (pesa más de cuatro toneladas), frente a los 14 de la máquina antigua. «Al ser bloques más grandes las paradas de maquinaria se reducen», explicó ayer el responsable de desarrollo interno de Pikolín, Enrique Iniesta, durante una visita de la prensa a las nuevas instalaciones.

Con todo, el aumento de la productividad ha llegado sobre todo en el área logística. Así, el traslado de la factoría a Plaza, donde se localizaba el almacén desde el 2011, ha permitido ahorrar tiempos y costes, tal y como apuntó Iniesta, que recordó que el almacén de la carretera de Logroño contaba con una capacidad máxima de 30.000 colchones. En el actual caben el doble. «Esto era algo que nos limitaba porque no podíamos hacer estocaje», añadió la directora de márketing, Ana Robledo.

Además, la «inmejorable» ubicación de la planta aporta un valor añadido, si bien la compañía no utiliza actualmente el ramal ferroviario de Plaza.

TODO EL PROCESO PRODUCTIVO/ En las nuevas instalaciones, la empresa aragonesa seguirá haciendo todas las partes del colchón, las almohadas y los somieres. Lo único que no produce la firma son las telas, que ya vienen elaboradas, porque la compañía compra hasta el acero con el que fabrica las bases y los muelles. «Somos el único fabricante español que se hace la espuma; podríamos comprarla fuera, pero entonces perderíamos capacidad de innovación para lanzar nuevos colchones y productos», subrayó Iniesta, que recordó que la I+D está en el ADN de Pikolín con 100 patentes registradas. Así, la tecnología y la robotización han jugado un papel crucial a la hora de diseñar la nueva fábrica, que ocupa 85.000 metros cuadrados y que actualmente produce cada día 6.000 colchones.

La planta, que ha acogido el 70% de la maquinaria que había en la carretera de Logroño, también ha tenido muy en cuenta el confort del trabajador. En este sentido, sorprende que en la fábrica no hace ni pizca de frío, algo inusual en las industrias en esta época del año. «Hemos ganado mucho en ergonomía; antes el trabajo era más físico y ahora todo el volteo y transporte del colchón lo hace la máquina», indicó Iniesta.

Además del almacén y de la fábrica, el complejo de Plaza cuenta con 10.000 metros de oficinas, un edificio que alberga un pequeño museo con una enorme pantalla en la que Merceditas, el personaje que lideró los anuncios de la firma hace décadas, relata la historia de un gigante del descanso.