General Motors (GM) España volvió a los números rojos el año pasado al anotar unas pérdidas de 3,2 millones de euros en su cuenta de resultados. La cifra contratasta con los 291 millones de beneficio que obtuvo en el 2015, cuando logró recuperar la rentabilidad. Ese ejercicio, eso sí, no fue habitual, ya que la compañía con epicentro en la factoría de Figueruelas incluyó «resultados extraordinarios o atípicos por importe de 197 millones», tal y como indicó entonces la empresa. Con todo, los números rojos del 2016 no fueron tan elevados como en el 2014, cuando arrojó un balance negativo de 40 millones de euros.

Según indicaron ayer fuentes de GM España, los 3,2 millones de pérdidas son fruto de un «impacto extraordinario por importe de 30 millones», una cuantía que se deriva de la aplicación de un real decreto «por el que se limita el uso de créditos fiscales desde el 70% hasta el 25% para las grandes empresas». Excluyendo dicho impacto, asegura la firma, «el resultado positivo de explotación ascendió en el 2016 a 30 millones de euros».

La firma automovilística, ahora en manos del gigante francés Peugeot-Citroën (PSA), facturó el pasado ejercicio 4.297 millones, en torno a un 5% menos que los 4.522 del 2015. A pesar de esta caída, la cifra de negocio es muy superior a los 3.798 millones que registró en el 2014. La empresa siguió conteniendo sus gastos de explotación y los costes de aprovisionamiento, así como los gastos de personal (han pasado en un año de 255 a 245 millones).

De los 4.297 millones de facturación, en torno a 3.400 millones procedieron de los 361.000 coches fabricados en Figueruelas, 695 millones a los vehículos importados y comercializados en España y 137 millones a la venta de repuestos.

Su volumen exportador rondó el 70% en un año en el que Opel alcanzó la mayor cifra de ventas en España desde el 2007: la marca alemana comercializó 89.383 vehículos, un 17% más. Figueruelas emplea a 5.400 personas.