Recta final para Francisco González, presidente del BBVA desde el 1998. El banquero confirmó ayer que dejará el puesto antes de cumplir 75 años en octubre del 2019. Lo anunció en el 2016, pero había dudas porque la entidad ya retrasó antes dos veces la edad de jubilación de su presidente (de 65 a 70 años y luego de 70 a 75). «El consejo está trabajando en un plan de sucesión. Yo también me voy a involucrar. Tenemos un equipo fabuloso y no va a haber sorpresas», afirmó el banquero.

Preguntado sobre si su sustituto será uno de los actuales altos cargos y si el consejero delegado, Carlos Torres Vila, tiene opciones contestó: «Le diría a lo gallego: ¿Y usted qué cree? Cualquier cosa que no vaya por ahí sería una sorpresa».

Su respuesta tampoco descarta otra opción que se viene rumoreando: que José Manuel González-Páramo, consejero ejecutivo y exalto cargo del Banco Central Europeo y el Banco de España, sea presidente no ejecutivo y Torres Vila amplíe sus poderes.

El veterano banquero defendió que su principal legado es dejar un banco «que no se deja achantar por el poder político» pese a sufrir «momentos muy duros». Entre ellos, citó el intento de Sacyr de controlar el banco en el 2004 con respaldo de parte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero no las presiones de este Ejecutivo para apoyar en la salida a bolsa de Bankia ni del de Rajoy para que entrase en la Sareb.

PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS

González realizó estas declaraciones en la presentación de resultados del banco. El BBVA ganó 3.519 millones de euros en el 2017, apenas un 1,3% más que un año antes más debido a la pérdida de 1.123 millones que le causó la depreciación de Telefónica, de la que posee el 6,9%. En España, la entidad financiera ganó 880 millones, el 183% más, pero el principal motor sigue siendo México (2.162 millones, 9,2% más).