Un impacto económico de más de 500 millones de euros, más de medio millón de visitantes cada año, presencia internacional con empresas de un centenar de países y 75 años de vida. Las grandes cifras de Feria de Zaragoza muestran la relevancia de una institución que con sus 120.000 metros cuadrados de superficie cubierta y 360.000 metros totales figura entre las quince más importantes de Europa, aunque su historia comenzó con la aportación de 600.000 pesetas procedentes de un buen número de patronos y obreros. Ese fue el germen de la Feria General que por entonces se denominaba Feria Oficial y Nacional de Muestras (FONM).

El proyecto arrancó en un terreno de 15.000 metros cuadrados, ubicados al final de la Gran Vía de Zaragoza --donde ahora se encuentra la Cámara de Comercio de Zaragoza--, pero el desarrollo urbanístico de la ciudad y la proyección de esta iniciativa económica hizo necesaria una ampliación. Y en 1986 se apostó por el recinto actual. Ese año, uno de los más importantes de la historia de la Feria, la institución se abrió a la participación del Ayuntamiento de Zaragoza, la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), Ibercaja y la DGA, una estructura que se conserva actualmente aunque con cambios en el porcentaje de accionariado.

Otra de las fechas que impulsaron a la Feria de Zaragoza fue el 2008. La celebración de la Expo Internacional permitió la mejora de las infraestructuras de comunicación para acceder al recinto, elevó la capacidad hotelera de la capital aragonesa e impulsó la llegada del AVE. Durante ese «año mágico», el recinto se amplió en 30.000 metros cuadrados y, de alguna forma, la imagen de la Feria se vio potenciada, según apunta su actual presidente, Manuel Teruel. En el 2008 --excepto en los meses en los que se celebró la Expo y no hubo actividad ferial-- el recinto atrajo a más de un millón de visitantes y el impacto de su actividad superó los mil millones de euros, recuerda Teruel. Además, aquel año Feria de Zaragoza también se hizo con la gestión del Palacio de Congresos, lo que le ha permitido celebrar más de 100 eventos cada año.

El concierto de los Rolling Stones fue otro de los hitos en la historia de la Feria. «Aquel día fuimos conscientes del desafío que supone acoger a 40.000 personas en un único evento», apunta Manuel Teruel, que recuerda que la logística del concierto requirió de la llegada de más de 150 camiones a la Feria. Se trató de una nueva prueba de fuego que se superó a pesar de los kilométricos atascos.

El futuro

Durante estos 75 años de vida, Feria de Zaragoza ha podido organizar alrededor de 50 certámenes, aunque Smopyc (Maquinaria de Obras Públicas y Construcción), FIMA (Maquinaria Agrícola) y Smagua o la Feria del Mueble se han convertido en sus principales exponentes. Esta última se ha consolidado en los últimos tres años como gran novedad. «Nuestro objetivo ahora es afianzar las ferias actuales y apostar por el crecimiento a través de nuevos certámenes», apunta el presidente de la institución.

Pero el camino empieza primero por la estabilidad institucional. A juicio de Teruel, la conformación de un nuevo gobierno es vital para la actividad económica y para encarar los próximos años. Se trata de algo «fundamental» para abrir una nueva etapa después de unos años de dificultades, en los que la Feria de Zaragoza también ha sufrido su proceso de reestructuración. Pese a ello, «no hemos renunciado a ningún certamen en estos años», señala Teruel.

Tras la celebración del 75 aniversario, la Feria de Zaragoza tiene el punto de mira en el sector tecnológico como uno de los más importantes para seguir creciendo.