El centro comercial Grancasa se reinventa con el fin de convertirse en un referente de la restauración y del ocio de la ciudad de Zaragoza. El proyecto, que se presentó ayer, supondrá una inversión de 12 millones de euros por parte de Sonae Sierra y CBRE Global Investors, copropietarios del espacio, y ocupará los 10.598 metros cuadrados de la segunda planta del centro comercial situado en el barrio del Actur. Aunque las obras de remodelación ya comenzaron a principios de este mes no será hasta la primavera del 2018 cuando el nuevo espacio abra las puertas al público. Sin embargo, Grancasa tiene comercializado ya más del 80% de la nueva área, una circunstancia que demuestra «el interés» de los operadores por formar parte del proyecto, como expresó ayer la directora del centro comercial zaragozano, Susana Betrán.

La nueva zona de ocio y restauración estará dividida en tres áreas diferenciadas. La primera acogerá conocidas marcas internacionales, nacionales y locales de restauración, la segunda incorporará un área de descanso y afterwork y la tercera zona estará destinada al ocio infantil, que se comunicará con la primera planta y será gratuita. «El reto es que la planta de restauración se convierta en el corazón del centro comercial», explicó ayer el arquitecto autor de la reforma, Pedro Rasgado.

30 RESTAURANTES Y QUIOSCOS

En total, serán 30 los puestos de firmas locales, nacionales e internacionales que se ubicarán en Grancasa, entre los que destacará la oferta culinaria de la ciudad. «La gastronomía zaragozana es muy buena y va a ser uno de los ejes principales del proyecto», recordó ayer la directora comercial de la inmobiliaria Sonae Sierra, María José García.

La oferta, según García, estará «muy diversificada» y tendrá un componente «innovador». Por ello, se podrán encontrar firmas tan diversas como el bufet Muerde la pasta, el restaurante vasco Lizarrán, Frutolandia, el gigante de comida rápida Burger King o el restaurante zaragozano Bulebar, entre otros. A estos restaurantes se añadirán unos quioscos, en los que también se podrán degustar diferentes comidas. Sin embargo, los responsables del proyecto subrayaron que cada uno de los restaurantes tendrán su espacio de mesas. «Los locales más pequeños tienen unos 60 metros cuadrados y los más grandes, 120», especificó ayer Susana Betrán.

«Los establecimientos que no funcionaban los hemos reubicado», señaló Betrán haciendo alusión a los antiguos restaurantes que ocupaban esa segunda planta del centro comercial. La oferta se completará con una nueva terraza al aire libre tematizada, con las salas de cine ya existentes y el gimnasio SmileFit que abrió sus puertas este mes de julio.

Hasta la primavera del año próximo esta segunda planta estará cerrada al público y en obras, a excepción de los cinco establecimientos de restauración que siguen operativos, los cines y el gimnasio, que seguirán funcionando.

La directora de marketing de Sonae Sierra, Verónica de Reina, reconoció ayer que la segunda planta de Grancasa era «una asignatura pendiente» y con este nuevo proyecto buscan «la diferenciación» y «una experiencia que vaya más allá de la compra».