Volkswagen no deja de recibir malas noticias. Si hace justo una semana la justicia alemana anunciaba que investigaría a 17 empleados de la compañía por el escándalo de emisiones contaminantes, ayer el gigante automovilístico de Wolfsburgo recibió otro varapalo. Uno grupo de hasta 278 inversores, entre los que figuran instituciones de peso como aseguradoras y fondos de inversión y pensiones, ha demandado al grupo dirigido por Matthias Müller y ha reclamado una indemnización de 3.255 millones de euros por los efectos negativos con los que el Dieselgate ha contaminado sus productos.

La demanda, presentada por el gabinete de abogados TISAB en el tribunal de Brunswick, al norte del país, reclama a Volkswagen una cuantiosa cifra de dinero por no haber respetado las obligaciones de información a los mercados entre junio del 2008 y septiembre del 2015.

DENUNCIA MULTIMILLONARIA Según los 278 inversores demandantes, la falta de transparencia y de comunicación del gigante de la automoción entonces presidido por Martin Winterkorn precipitó un hundimiento de las acciones que afectó directamente a sus bolsillos. Entre los que reclaman una indemnización figuran empresas como el fondo de pensiones de EEUU Calpera.

El escándalo de las emisiones contaminantes le costará muy caro a Volkswagen, que no para de ver cómo su factura y la larga lista de denuncias se ensancha. La pesquisa presentada por TISAB representa la mayor demanda contra la compañía automovilística de las que se han presentado hasta la fecha y la primera que se eleva a unas cifras multimillonarias. De momento, el grupo de Wolfsburgo, puntal de la automoción germánica, ha recibido un total de 67 denuncias. Según detalló un portavoz de la Audiencia Provincial de Braunschewig los querellantes reclaman un total de más de 3.700 millones de euros.

El bufete TISAB ha asegurado que Volkswagen no se ha abierto a negociar una solución. "Insisten en cerrarse a una negociación conciliatoria y a un acuerdo para impedir que prescriba el derecho de reclamación", denunció el abogado defensor Andreas Tilp. La compañía aún no ha hecho comentarios al respeto.

A pesar de este duro varapalo, el calvario de Volkswagen no termina aquí. La semana pasada el Grupo Allianz advirtió que estaba preparando una pesquisa contra el consorcio automovilístico de Wolfsburgo por sus responsabilidades en el Dieselgate y la lentitud con la que tardaron en avisar a los accionistas. A Matthias Müller aún le quedan muchas demandas por delante.

LA FIRMA BORRÓ PRUEBAS Volkswagen ha recibido en los últimos días otra noticia amarga. Según revela una investigación periodística citando a un exempleado, el consorcio habría eliminado pruebas de sus discos duros que implicarían su responsabilidad en el escándalo de las emisiones contaminantes. La revelación también apunta que Martin Winterkorn conocía la manipulación de los coches, que intentó ocultarlo y que se lo comunicó a Matthias Müller, entonces presidente de Porsche.