Aragón se ha consolidado como productora de huevos, pero su potencial seguirá creciendo gracias a las iniciativas empresariales del sector avícola de la comunidad, pionero en llevar a cabo inversiones en innovación, tecnología y bienestar animal para adaptarse a las exigencias del mercado. Uno de los últimos proyectos más destacados es el que acaba de emprender Granja San Miguel en Mainar y Torralbilla (Campo de Daroca), donde ha invertido más de siete millones de euros y que consiste en dos nuevas naves de puesta de producción alternativa, es decir, gallinas sueltas bajo techo, que estarán listas a finales de este año y que aumentarán su capacidad actual en un 20%.

Si esta línea de negocio --una tendencia en auge sobre todo en el norte de Europa-- resulta fructífera, la compañía familiar planteará unas instalaciones similares en la provincia de Teruel, donde ya ha comprado los terrenos, dentro de su plan estratégico a cinco años, según avanzaron a este diario fuentes de la compañía familiar. El proyecto incluye también sendas naves de recría, en las que las gallinas permanecen hasta que cumplen la semana 18 y pasan a dedicarse a la puesta de huevos.

Actualmente, Granja San Miguel, fundada en 1968, tiene dos complejos de producción --seis naves en Mainar y otras tres en Villarreal de Huerva--, donde alberga más de un millón de gallinas. Las explotaciones cuentan con un sistema automatizado de recogida de huevos que alimenta su centro de clasificación y envasado, con un control directo de todo el ciclo productivo, desde el cultivo de los campos de cereal hasta la distribución propia del producto, pasando por la fabricación del pienso para autoconsumo.

Granja San Miguel emplea a unas 60 personas y el año pasado facturó en torno a 45 millones de euros, un 4,6% más. El 2015 fue un año clave para sus exportaciones debido a la gripe aviar detectada en Estados Unidos, país que se convirtió en un nicho de mercado temporal que la empresa aragonesa supo aprovechar. Aunque lleva varios años realizando operaciones de comercio exterior --sobre todo en Europa, Oriente Próximo y África--, estas se limitan a momentos puntuales en los que se registran picos de producción, según explicaron las mismas fuentes.