Caixabank celebró ayer la primera junta general de accionistas en Valencia tras el traslado de su sede social y fiscal a esta ciudad el pasado octubre. El presidente del banco Jordi Gual defendió el cambio de domicilio como «la mejor decisión posible» que pudo tomar la entidad para defender los intereses de la plantilla, los accionistas y los clientes ante la crisis política en Cataluña.

Gual añadió que Caixabank está «muy bien» en Valencia y que el compromiso de la entidad con la ciudad es absoluto. «Somos un banco arraigado allá donde estamos y ahora estamos aquí absolutamente comprometidos». En este sentido, la Fundación La Caixa abrirá su primer CaixaFórum en Valencia a finales del 2020 tras una inversión de 18 millones de euros y con el objetivo de convertirse en «un nuevo referente de la ciudad» con programación cultural para todos los públicos.

Gual destacó la «fortaleza comercial» del banco en el 2017, ejercicio en el que obtuvo un beneficio de 1.684 millones, un 61% más respecto al ejercicio precedente, la «cifra más alta de su historia». «En un año particularmente difícil por las tensiones políticas vividas en Cataluña, Caixabank demostró su resiliencia como institución», remarcó Gual, que recordó que el grupo ha ampliado en el último año su liderazgo en banca minorista y ha mejorado su fortaleza comercial y solidez financiera. Para el presidente de Caixabank, los principales objetivos del banco a corto plazo son anticiparse a las nuevas tendencias de digitalización, situar la rentabilidad entre el 9% y el 11%, y continuar diversificando el negocio hacia los segmentos más rentables.

Gual resaltó también el «buen comportamiento» de la acción en el 2017, con un retorno del 28%, dividendos incluidos: 17 puntos por encima del Ibex 35. Gual avanzó que el plan estratégico 2019-2021 se presentará en noviembre y lo calificó de un «ejercicio de ambición, de voluntad de seguir siendo referente de crecimiento en la banca europea».